Los investigadores requisaron este sábado el sitio donde explotó un automóvil, en busca de pistas del ataque que mató a un expresidente de Chechenia requerido por Rusia por sus supuestas conexiones con terroristas internacionales y la red Al Qaeda.
 
El asesinato de Zelimkhan Yandarbiyev sorprendió el viernes a los residentes de este pequeño estado del Golfo Pérsico, un aliado clave de Estados Unidos que hasta ahora había sido testigo de ataques terroristas de otros países de la región, especialmente en Arabia Saudí y Yemen.
 
El sábado, los investigadores recogieron pruebas en el lugar de la explosión, que destruyó al vehículo deportivo en el que se trasladaban Yandarbiyev y su hijo de 13 años luego de haber orado en una mezquita.
 
Al menos dos de los investigadores que acudieron al lugar parecían ser de países occidentales. Las autoridades de Katar no dijeron si agencias de seguridad extranjeras participan en la investigación.
 
No fue posible encontrar a funcionarios de la embajada rusa para que efectuaran declaraciones.
 
Yandarbiyev, que vivió en Katar durante tres años, será enterrado el sábado en el cementerio Al Rayan, donde permanecen los miembros de la familiar gobernante Al Thani.
 
Un médico del Hospital General Hamad dijo que el hijo de Yandarbiyev, Daoud, se encontraba estable.
 
Se ha recuperado y está nuevamente con una dieta normal. Tiene unas pocas heridas superficiales, pero está bien, expresó el doctor a condición de mantener su nombre en el anonimato.
 
El asesinato fue ampliamente cubierto por los medios locales de Katar.
 
Un editorial del diario Al Rayah, titulado   Un aberrante acto terrorista que es ajeno a la sociedad de Katar, dijo que el país era envidiado por su seguridad   que lo diferenciaba de otros de la región.
 
El viernes, los servicios de seguridad rusos negaron cualquier participación en el ataque. Pero un grupo rebelde chechén dijo que se trataba de   el último crimen sangriento del Kremlin.
 
La explosión tuvo lugar una semana después que una bomba en un subterráneo de Moscú mató a 41 personas e hirió a más de 100.
 
Un allegado de Yandarbiyev, Ibrahim Gabi, responsabilizó al Kremlin y al servicio de seguridad ruso por la muerte de Yandarbiyev, según informó una página de la internet a favor de los insurgentes.
 
Boris Labusov, portavoz del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, dijo que su agencia no participó en la matanza del ex presidente, según la prensa de Moscú.
 
Yandarbiyev fue presidente interino de Chechenia entre 1996 y 1997.
 
Rusia había buscado su extradición de Katar, al acusarlo de mantener lazos con secuestradores y terroristas.