John Kerry triunfó ayer en las elecciones primarias en los sureños estados de Virginia y Tennessee, y con su victoria aparta practicamente a los demás aspirantes demócratas a la Casa Blanca de la carrera presidencial.

Kerry se ha esmerado en concentrar sus críticas en el mandatario republicano, George W. Bush, para demostrar así que es el mejor ubicado para reemplazarlo en la Casa Blanca tras los comicios del próximo 2 de noviembre.

Kerry, quien revivió su campaña con sus sorpresivas victorias en Iowa y New  Hampshire el mes pasado, ha atacado insistentemente desde entonces a la  administración Bush.

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El centro de sus críticas es la guerra en Iraq y el manejo de la información de inteligencia para justificar la invasión.

“Bush debe asumir la responsabilidad por sus acciones”, dijo. “Eso es lo mínimo que los estadounidenses deberían poder esperar del Presidente de EE.UU.”, agregó, al tiempo de exigirle que testifique ante la comisión que designó la semana pasada para investigar la actuación de los servicios de inteligencia antes de la guerra.

Bush intentó detener su caída en las encuestas con una entrevista en el programa político ‘Meet the Press’ de la cadena NBC el pasado domingo, donde dijo que la invasión a Iraq fue una “guerra por necesidad”, y reconoció que se pudo errar al afirmar que Bagdad tenía armas químicas y biológicas, señalando que tenía al menos “la capacidad de fabricarlas”.

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