Civiles partidarios del presidente Jean-Bertrand Aristide bloquearon este miércoles el acceso a la segunda ciudad de Haití, en un intento por frenar un alzamiento que ha dejado 42 muertos. 
 
En las últimas horas se escucharon disparos en la ciudad, que parecían ser un intento para intimidar a los rebeldes y sus seguidores. Los insurgentes se alzaron el jueves y han tomado casi una docena de ciudades en enfrentamientos que han dejado al menos 42 muertos. 
 
En la madrugada del miércoles se vivió el caos en Cap-Hatien, una localidad que se ha quedado sin reservas de combustible y está prácticamente a oscuras. Según testigos, atacantes saquearon una bodega y se llevaron sacos de arroz, harina y otros alimentos. 
 
La revuelta popular es la más violenta desde que Aristide asumió el poder en el 2000 en medio de cuestionamientos sobre la legitimidad de las elecciones. La oposición política, sin embargo, ha dicho que no apoya la violencia, aunque se niega a participar en nuevas elecciones hasta que Aristide dimita. 
 
El martes se recuperó un tanto la calma en el país, aunque se produjeron enfrentamientos esporádicos y según las Naciones Unidas, las barricadas levantadas en las diversas carreteras del país impedían la llegada de alimentos de la organización a los más afectados. 
 
En la ciudad norteña de Ennery, los negocios y los colegios permanecían cerrados, mientras un grupo de niños jugaba fútbol frente a la estación de policía, abandonada y chamuscada. 

En los últimos días, la policía ha logrado recuperar el control de tres de 11 ciudades afectadas. En Gonaives, los rebeldes continuaban patrullando las calles, pero se respiraba una calma relativa. 
 
La otras dos ciudades que recuperaron las autoridades fueron St. Marc, a 72 kilómetros al oeste de Puerto Príncipe, y Dondon, 19 kilómetros a las afueras de Cap-Haitien. 
 
El levantamiento, iniciado el jueves en la cuarta ciudad más grande del país, Gonaives, señala una peligrosa nueva fase dentro de la crisis política que aqueja a esta nación los últimos tres años. Una revuelta similar ocurrida en 1985, también en Gonaives, llevó al derrocamiento de la familia Duvalier tras 29 años de dictadura. 
 
Haití ha estado en crisis desde el 2000, cuando Aristide ganó unas elecciones legislativas cuya imparcialidad la oposición y la comunidad internacional pusieron en duda. Al no llegarse a un acuerdo con Aristide, se bloquearon millones de dólares de ayuda extranjera y se entró en un limbo político. 
 
El país, de 8 millones de habitantes, se encuentra en una grave crisis económica, con alto desempleo y numerosos habitantes que viven con menos de un dólar diario. 
 
 De otro lado, el Frente de Resistencia contra el presidente haitiano, Jean Bertrand Aristide, ha llamado este miércoles  a las ciudades fuera del control del Gobierno a formar una amplia alianza para la liberación y reconstrucción nacional.
 
En un llamamiento distribuido anoche a través de Internet, el portavoz del Frente, Winter Etienne, anuncia la formación del Frente para la Liberación y la Reconstrucción Nacionales (FLRN), integrando por "todas las ciudades liberadas o que van a liberarse".
 
"La revolución está en marcha", afirma el comunicado, y agrega que "hemos decidido tomar nuestro destino en nuestras propias manos".