Ganó el torneo mundial del banano 2002. Ahora compite para Miss Ecuador por El Oro.

Haber triunfado en el concurso Reina Mundial del Banano, capítulo Ecuador 2002-2003, y obtenido el segundo lugar en el torneo internacional, le permitió crecer como persona, porque la hizo más humana.

Así describe Priscila Verónica Del Salto Astudillo su paso por este certamen, que le dio la fortaleza suficiente para participar este año en el Miss Ecuador. 

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Su título como reina del Club de Leones nacional también se suma a la experiencia que tiene en eventos de belleza la candidata por la provincia de El Oro.

“Dejé de hacer cosas sin trascendencia para ocupar mi tiempo en actos más enriquecedores”, confiesa la geminiana de 19 años, quien desde los 15 pisa las pasarelas en los eventos de belleza.

Su espontaneidad y transparencia fueron los secretos de su éxito, según sus padres, Rocío Astudillo y Leonardo Del Salto, quienes en todo momento decidieron apoyarla, como recompensa a las excelentes notas que obtenía en el Liceo Naval Jambelí, del cual fue su abanderada.

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Buena para las matemáticas y la física, Priscila optó por estudiar ingeniería comercial, profesión que le permitirá hacerle frente al negocio de la familia (distribuidora de productos farmacéuticos y útiles escolares).

Actualmente cursa el segundo año en la Escuela Superior Politécnica del Litoral y su meta es trabajar por su provincia desde alguna dignidad.

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Es por ello que sueña con la Alcaldía para impulsar desde allí el progreso de Machala, por lo que haría hincapié en su regeneración, sin descuidar la parte social.

Como candidata se siente lista para asumir el enorme compromiso que implica ser Miss Ecuador, a través del cual, afirma, promocionaría la calidad humana de los ecuatorianos y también el turismo.

Para empezar le apuesta a su provincia, El Oro, rica por sus recursos naturales.
Por su experiencia conoce del trajín que implican los eventos de belleza, pero ello no la hace más que las otras candidatas. “Cualquiera puede ganar, todas estamos preparadas para representar al país”, expresa con una sutil sonrisa la machaleña de tez blanca, largos cabellos negros y ojos de igual color.