De 14 sesiones del 2004 solo 3 se dedicaron a aprobar leyes en segundo debate. El resto a polémicas.

El Estado invierte anualmente, en el trabajo de un legislador, 35.128 dólares. Tarea legislativa, que en el último mes se ha centrado en debates sobre temas de escándalos políticos. El monto anual en salarios que se gasta en el trabajo de los diputados se eleva a 86.728 dólares, si se toma en cuenta el grupo de ocho asesores que lo acompañan en su labor.

Desde el 6 de enero pasado, cuando se instaló el nuevo período legislativo, se produjeron catorce sesiones, solo tres se han dedicado para aprobar tres leyes, en segunda (ley del Ejecutivo sobre unificación salarial, ley sobre oralidad de los juicios laborales y ley de aguas), las demás se han destinado a largos debates donde participan no más de 20 de los 100 diputados.

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Según los legisladores Jorge Guamán, de Pachakutik, y Alfredo Serrano, socialcristiano, las sesiones de los martes se han convertido en espacios de “hora libre” donde cada representante puede hablar de todo, y es ahí dónde empieza el desgaste semanal del Parlamento, porque, muchas veces, los temas que se incluyen en la agenda no se abordan en las cuatro horas reglamentarias que dura la sesión.

La tarea de un legislador, según la Constitución, es legislar y fiscalizar con sentido nacional y serán responsables políticamente ante la sociedad, pero esa tarea se mezcla con debates demagógicos, que desvían al diputado de los temas puntuales que se incluyen en la agenda.

El Congreso cayó en un círculo vicioso y se encuentra atrapado en acalorados debates en torno a escándalos, mientras que la tarea legislativa va lentamente, y siguen postergando decisiones como integrar la terna del Contralor, designar al Defensor del Pueblo y al Segundo Vicepresidente del Parlamento.

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Según Ramiro Rivera (DP), primer vicepresidente del Parlamento, existe una corresponsabilidad con el Ejecutivo en cuanto al desgaste del Congreso, porque el régimen de Lucio Gutiérrez se convirtió en “una máquina generadora de conflictos”, que mantiene a los diputados ocupados en debates que incluso llevan a enfrentamientos políticos y a la división parlamentaria.

Diputados y asesores legislativos recuerdan con facilidad el listado de temas que han desviado a los diputados, de su tarea de legislar. Solo en el último mes, el Congreso fue escenario para debatir temas como: robo de armas militares, seguros de helicópteros, captura de Simón Trinidad; enfrentamientos con la prensa, inmunidad del diputado Guillermo Haro, financiamientos ilícitos a la campaña del coronel Lucio Gutiérrez; el asesinato del funcionario de Petrocomercial, el escándalo diplomático en Argentina y el poema más grande del mundo de la Primera Dama.

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Este puñado de temas no escapó del debate político, que los diputados constantemente insistan en llamar la atención al Gobierno, lo que provocó un desfile de funcionarios en el Congreso, incluyendo al Presidente y Vicepresidente de la República, durante el 2003.