El aguacero que hasta casi el mediodía de ayer soportó Guayaquil no causó desastres, ni detuvo las actividades comerciales.

Las molestias solamente se presentaron en sectores ubicados en el norte como Bastión Popular, El Fortín, Florida Norte y Los Vergeles, donde los moradores debieron andar con botas o esquivando charcos para no enlodarse los zapatos.

Las primeras horas de la mañana la actividad fue escasa por la constante lluvia, pero a medida que pasaron las horas, la ciudad recuperó su ritmo.

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Vendedores ambulantes y propietarios de negocios informales se las ingeniaron para evadir lo que luego se convirtió en una ligera llovizna que amainó casi al mediodía.

Consuelo Briones, moradora de Bastión Popular desde hace 14 años, temió que por su sector, el Bloque 10, pudieran registrarse deslizamientos de tierra del cerro como en ocasiones anteriores. “No pasó nada porque no llovió fuerte”, comentó. En otras zonas del centro de la ciudad las familias limpiaban las aceras y calles.