Estudios oficiales dan cuenta que Portovelo está en una reserva aurífera de 14 kilómetros de extensión.

El historiador orense Vicente Poma indica que la zona es parte del legendario valle Curipamba, de donde los nativos sacaron oro para adorar al hijo del inca Huayna Cápac, en su coronación, y de donde el cacique Quinara llevó el famoso rescate de Atahualpa.

Agrega que el nombre actual es homónimo del puerto panameño Portobelo, puesto por los esclavos.

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Curtis E. Sauer, médico de la minera Sadco, detalló en 1976 que las reservas del valle fueron famosas en la Colonia y las confirmó en la República (1876), el alemán Teodoro Wolf.

Las minas las explotaron los chilenos y la inglesa Great Zaruma Gold Mining Co. Limited, en 1880. En 1896 llegó Sadco y estableció uno de los campamentos mineros más grandes de Sudamérica. Parte de ese legado forma parte del inventario patrimonial.