El Registro Civil es una dependencia que siempre ha funcionado a medias, con problemas y errores.

Desde que yo cumplí 13 años y obtuve mi primera cédula de ciudadanía, siempre ha sido un verdadero sufrimiento, porque uno debe asistir muchas veces al Registro para obtener ese documento, debido a que generalmente no hay material para elaborarlo.

A mis 76 años, jubilado, y por exigencia del Seguro Social tuve que ir a obtener la nueva cédula para demostrar mi supervivencia.

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Fui a una de las dependencias del Registro Civil que funciona en el norte de la ciudad, en un edificio llamado Las Cámaras. Allí hay una oficina de cedulación, y lo raro fue que a mi esposa jubilada y a mí, nos atendieron con gentileza, y sí había material de cedulación.

Julio César Luzuriaga Vega
Guayaquil