Un año más la pava de la localidad sureña de Cazalilla (Jaén) ha sido arrojada desde el torreón de la iglesia pese a las críticas recibidas por la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales, que ya ha anunciado que denunciará esta tradición por entender que vulnera la Ley de Protección del Animal.
 
La pava, como marca la tradición, fue arrojada con las patas atadas mientras que una multitud de personas se daba cita en la plaza para hacerse con el preciado animal que salió sano y salvo, aunque con alguna que otra pluma de menos.
 
 La Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales se dirigió la pasada semana a las autoridades de la provincia de Jaén para pedir que suspendiera la "fiesta de la pava".
 
La Asociación ya ha anunciado que denunciará lo ocurrido en el día de hoy por entender que la fiesta es un "claro maltrato" a un animal que se utiliza "ilegalmente" en un espectáculo público".
 
Los casi mil habitantes de Cazalilla reclaman su derecho a mantener una tradición con la que se conmemora el fin de las disputas entre dos familias del pueblo.