La inflación de 0,41% que se registró en enero pasado no se siente en los mercados.
Un índice de inflación de este valor significa que los precios se incrementaron en promedio en ese monto. Sin embargo, Ruth Janón salió ayer al mercado Caraguay y encontró que hay productos que subieron de precios hasta en $ 1.

“La libra de papas me costó 20 centavos de dólar”, dijo.

Hace una semana el valor por libra fue de 15 centavos.

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Sin embargo, el productor Vicente Freire, de la zona de Quero, en Tungurahua, vendió ayer el quintal de papas en $ 5, es decir, dos lonas con 100 libras de papas cada una.

Él consideró que “los intermediarios se llevan toda la ganancia. No es justo para nosotros, porque invertimos mucho dinero en las siembras y ahora resulta más barato tractorear que cosechar”.

La inflación de los países se mide en función de cómo varían los precios de la canasta familiar, es decir, aquellos que son indispensables para la dieta diaria de las personas.

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De allí, que un pequeño incremento en el valor del litro de leche, pan, papas, carne o pollo, incide directamente en el valor final. Sin embargo, al igual que Vicente Freire, otros productores reciben una mínima parte del precio final de los productos que cultivan.

Por ejemplo, en la vía a Daule, un cajón de mangos se cotiza en $ 1, mientras que en los supermercados se paga ese valor por unas cinco o seis unidades, explicó el analista agrícola Alonso Mariño.

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Aseguró que en Ecuador, el llamado libre mercado “no funciona. Si tuviéramos un sistema adecuado de control para no especular con los precios y no aprovecharse de los productores, entonces sí funcionaría la oferta y demanda”. Recordó que en Ecuador no hay suficientes controles para evitar el ingreso de productos peruanos, por ejemplo.

Otra arista de ese problema es la especulación. “No es posible que el mismo Gobierno anuncie un posible aumento del precio del cilindro de gas, para luego rectificarlo”, explicó el analista Cristhian Pino. Ese tipo de anuncios provoca que los vendedores suban los precios aduciendo cualquier razón, explicó Pino.

El problema de la sequía es otra de las razones que dan los comercializadores para decir que los precios son mayores por la escasez. Incluso, el pasado viernes, el director del Instituto Nacional de Estadística y Censos, Víctor Escobar, aseguró que los efectos de la sequía que se ha producido en los campos de las regiones Costa y Sierra seguramente se reflejarán en los precios de febrero o marzo próximos.