La melena ensortijada y el grueso bigote delataron la presencia de René Higuita, el carismático arquero colombiano que ha paseado sus acrobacias por centenares de canchas del mundo, ayer en el estadio Chillogallo.

Aucas, el nuevo club de Higuita, hacía la presentación de su plantilla para el campeonato ecuatoriano 2004, en un partido amistoso frente a Deportivo Quito.

Más allá de la presentación auquista frente a los chullas, que finalizó 2-2, el mejor pretexto para ir al estadio era ver de cerca a Higuita, el autor de una de las atajadas más audaces: escorpión (acrobacia en la que arquea su cuerpo y bloquea la pelota con la planta de sus pies). Pero solamente 4 mil personas acudieron al estadio de Chillogallo.

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Ese poco público apreció la actuación del Loco del Arco, como se conoce a Higuita. Las matracas, símbolo de la hinchada india, resonaron estruendosamente para alentar a Higuita.

Aunque no lo dijo, en el rostro del arquero colombiano estaba dibujado un rictus de pesar. No había ido a la despedida de su amigo y compatriota Carlos Valderrama, en Barranquilla, por quedarse para este partido.

Seguramente imaginó un estadio barranquillero repleto, mientras que su realidad fue un Chillogallo semivacío, pero a la vez cálido.

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Durante el primer tiempo en el que jugó, no hubo goles chullas. Los orientales se adelantaron en el marcador al minuto, con gol de Danis Ocles, que pudo eludir al portero Héctor Rolando Carabalí, de los azulgranas.

En la segunda etapa del compromiso frente a Deportivo Quito, el tercer arquero y preparador de guardametas de Aucas, Dennis Ibarra, reemplazó a Higuita.

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Aucas se había puesto 2-0, tras un tiro libre de Lupo Lastra (68m). Héctor Almandoz descontó a los 85 minutos y durante los 3 minutos de adición (93m), Carlos Sotomayor marcó el 2-2 final.