Dos atentados suicidas perpetrados de forma casi simultánea contra dos partidos políticos kurdos en Arbil, al norte de Iraq, causaron 56 muertos y 200 heridos.

Los suicidas, con explosivos adheridos a sus cuerpos, se hicieron estallar en las oficinas del Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), las dos principales facciones políticas en el norte de Iraq, mientras recibían visitantes por la fiesta musulmana de Aid al Adha.

Entre los muertos se halla el vicegobernador de la provincia de Arbil y el jefe de la policía de la ciudad.

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Otro ataque contra una base de EE.UU. en Balad dejó un soldado muerto y 12 heridos y varias explosiones el sábado mataron a 18 personas.

A pesar de la violencia, el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, indicó que sus expertos llegarán en pocos días a Iraq para evaluar la posibilidad de celebrar elecciones antes de la fecha prevista por EE.UU. para el traspaso de poder a los iraquíes.

Casi todo el personal de la ONU se marchó el año pasado de Iraq por ataques suicidas en los que murió incluso el jefe de la misión, el brasileño Sergio Vieira de Mello.

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Controversia por armas
El presidente de EE.UU., George W. Bush, anunciará esta semana una investigación independiente sobre el desempeño de los servicios de inteligencia antes de la guerra de Iraq, tras el fracaso de los inspectores en encontrar armas de destrucción masiva, informó ayer una alta fuente del gobierno.

David Kay, ex jefe del equipo de inspectores de armas, dijo que toda la información de inteligencia sobre Iraq era equivocada y que los datos en que se basó Bush para invadir ese país eran erróneos.