El mar que baña las costas del estado de Oregón (noroeste de Estados Unidos) es tan frío que no es posible entrar en él sin vestir un traje térmico entero, similar al que utilizan los surfistas.

En cambio, el clima de las playas de Olón (península de Santa Elena, Guayas) es cálido, así que Lonne y Sara Sower, voluntarios del Cuerpo de Paz de ese país, solo necesitan untarse bloqueador solar para meterse al agua.

La pareja llegó a esa comunidad en mayo del año pasado para trabajar en la finca San Luis, un albergue para jóvenes con problemas de conducta (pandillas, drogadicción, violencia familiar), regentado por la fundación Santa María del Fiat.

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Como biólogo, Lonne (62 años) colabora con los chicos en la crianza de pollos y cerdos; además está pendiente de los cultivos de tres hectáreas de sandía, melón, pepino, fréjol y brócoli.

Antes de jubilarse, Sara fue orientadora (aunque luego se dedicó a la venta de bienes raíces), por lo cual ella los ayuda en las tareas escolares, especialmente con el inglés.

El sueldo mensual de los voluntarios del Cuerpo de Paz -cuya permanencia en el país es de dos años- asciende a 200 dólares, pagados con recursos de la institución, creada en 1961 por el fallecido presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy.

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Durante los últimos cinco años, la organización invirtió en Ecuador 11,3 millones de dólares en proyectos de producción animal, salud pública rural, atención a jóvenes y sus familias y conservación de recursos naturales.

Para el presente año está previsto un presupuesto de 2,3 millones de dólares; aunque este depende de la aprobación del Congreso norteamericano.

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Rubén Hernández, director del Cuerpo de Paz en Ecuador, señala que el país ha recibido unos 6.000 voluntarios desde 1962. Actualmente, hay 87 personas, pero no en las provincias fronterizas con Colombia (Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos) y la ciudad de Manta (Manabí).

“Es por seguridad”, explica Hernández; según él, estas zonas son consideradas “peligrosas”. Lo mismo opinaban sobre Guayaquil, por ello retiraron a sus voluntarios hace dos años; sin embargo, a fines del año pasado reanudaron el trabajo social en esta ciudad. (GR)