El proceso de pelar, picar y cocer plátanos para preparar empanadas o bolones, platos que pertenecen a la gastronomía ecuatoriana, formaría parte del pasado.

Un grupo de científicos ecuatorianos elaboró una harina precocida de ese fruto
y además otra de banano, con las cuales se puede hacer variadas recetas. Ambas conservan sus cualidades nutricionales.

Los nuevos productos también son ideales para los ecuatorianos que residen en España y añoran acompañar su café con bolones o empanadas, o consumir pastelería o bebidas frías con banano, pues les resulta difícil conseguir esos productos en estado natural en los mercados; además invertirán menos tiempo y trabajo.

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Los especialistas de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (Iniap) y del Centro de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Agricultura de Francia (Cirad, por sus siglas en francés) trabajaron en este proyecto.

La idea nació cuando los científicos buscaban alternativas para el uso del banano verde que por diversas razones no puede ser exportado y que es fuente importante de almidón y potasio.

Se estima que alrededor del 17% de la producción anual no es exportable y queda como banano de rechazo. El destino inmediato del producto usualmente es la alimentación de animales y en menor proporción, la fabricación de puré para exportación.

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El proceso para elaborar la harina de banano no fue tan fácil, los científicos se encontraron con que la fruta al ser pelada y cortada sufría un oscurecimiento acelerado.

Luego de varias pruebas, concluyeron en la necesidad de precocer la fruta con cáscara y salpicarla (mediante un proceso de aspersión) de ácido ascórbico en solución, como etapa previa al secado de la fruta precocida.

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Con este método se controló el oscurecimiento, se facilitó el pelado y se confirieron propiedades interesantes en el nuevo producto, como su maleabilidad. Se lo bautizó como Bananaflúor, 100% de banano.

Bananaflúor se elaboró con banano verde de la variedad Cavendish, adquirida en uno de los depósitos de rechazo en Quito.

La variedad del plátano empleado para la otra harina es la Dominico.

El producto se llama Ricapasta y mantiene las características de la masa preparada directamente con fruta verde, además de su color amarillo. Con ella, además de empanadas, se puede hacer pizzas y fideos.

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Nelly Lara, directora del proyecto, dijo que el diseño de la planta lo hizo la Escuela Politécnica Nacional y que la tecnología está disponible para los empresarios interesados.