Solca cuenta con profesionales para sustituir médula ósea, pero no tiene  la infraestructura necesaria.

Tres menores con leucemia fallecieron durante los últimos dos meses en Guayaquil. Ellos se atendían en Solca (Sociedad de Lucha Contra el Cáncer) y estaban en espera de un trasplante de médula ósea, que por falta de recursos económicos y de donantes nunca se pudo realizar.

Diez niños que aún luchan por sus vidas y ven en el trasplante una esperanza de ganarle la batalla a la muerte, están en la lista de espera. Pero, lamentablemente, las posibilidades son escasas porque deben conseguir un donante que sea compatible y tener más de 80.000 dólares para cubrir los gastos de traslado al exterior, pagar la operación y el tratamiento postoperatorio que dura más de ocho meses (en ese lapso el paciente tiene que estar cerca del sitio donde se lo operó para que se lo controle).

Publicidad

Los familiares de los pequeños que fallecieron ya habían obtenido con fundaciones extranjeras los trasplantes, pero debían recaudar dinero para que los posibles donantes se realizaran las pruebas de histocompatibilidad (para obtener un donante que sea compatible), y se trasladaran a Italia o España.

En el intento sufrieron varias recaídas y fallecieron sin que los galenos del área de oncología pediátrica de Solca pudieran ayudarlos. Aunque parezca una ironía, esa casa de salud tiene el personal capacitado para realizar los trasplantes de médula ósea, pero no cuenta con una unidad clínica de trasplante, porque no hay los recursos para instalarla.

Doris Calle, hematóloga que atiende en Solca a niños con leucemia, se preocupa porque a falta de ese servicio en el hospital se debe buscar auxilio en el extranjero.
“El 80% de las patologías que se observan en mi área corresponde a las leucemias, el resto es de tumores sólidos”, dice. Para trasplantar se requiere un banco de sangre que facilite y mantenga el suministro. Pero Solca no tiene ese servicio, que no solo sirve para estos tratamientos, sino también a los pacientes con cáncer.