Durante ocho meses los familiares de Vanessa Rojas buscaron un donante de médula ósea para la pequeña. Mientras esperaban sufrió varias recaídas y murió.

 La semana anterior falleció Alison Freire, de 12 años, y con ella se fueron los sueños de viajar al exterior para que le realizaran un trasplante de médula ósea y tener una vida normal.

Las vidas de Giancarlo Asitimbay, Benito Vargas, Juan Ruiz y Bayron Méndez también están en riesgo si no se les efectúa prontamente un trasplante. Ellos son los casos más urgentes de una lista de 10 niños que esperan la sustitución de su médula ósea y que se atienden en el servicio de oncología pediátrica de Solca.

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Ayer, la mamá de Brayan González, de 8 años, duplicaba sus oraciones a Dios para pedirle que su hijo resista hasta que pueda viajar a Italia para que se le haga el trasplante. Unos días antes los médicos que lo atienden le dijeron que se lo llevara a la casa porque el niño había tenido una cuarta recaída y ya no resistía las quimioterapias (tratamiento con agentes químicos).

La fe de Brayan y su afán de aferrarse a la vida, hicieron que su madre solicitara a los médicos que lo dejaran ingresado. “Brayan no se quiere morir, me dice que quiere crecer, llegar a adulto”, susurra con la voz quebrantada su madre, Flor Víctor, mientras él se lamenta por el fuerte dolor en las piernas.

En la sala contigua a la de Brayan permanece en una cama Giancarlo Asitimbay, de 4 años. Desde la última quimioterapia se sintió muy mal. Su mamá, Verónica Delgado, lo cuida todo el día. El jueves pasado le comunicaron de la Fundación Esperanza de Vida, de Guayaquil, que en el hospital San Mateo, de Italia, van a recibir a su hijo para realizarle el trasplante gratis. Empero Verónica no tiene los 1.600 dólares para obtener las pruebas de histocompatibilidad de ella, su esposo y sus otros dos hijos.

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Tampoco tiene los 3.500 dólares para viajar, si es que alguno de ellos resulta apto para la donación.

Costos altos
Las pruebas las llevan a cabo en la Cruz Roja y el resultado lo entregan después de 15 días, y cuestan 400 dólares por persona. Dora Sánchez, genetista de la Cruz Roja, dice que el costo de las pruebas es más alto del que se cobra, porque los reactivos se importan, pero que se hace un descuento para ayudar a los pacientes.

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Ella considera que el precio de la prueba de histocompatibilidad es minúsculo comparado con el del trasplante, y que aquí el mayor problema es que en el país no se trasplanta médula ósea, porque no hay recursos económicos, ni la intención de las autoridades de gobierno de hacerlo.

Además no hay en los ecuatorianos la sensibilidad de donar los órganos a quien lo necesita. Muchas veces se consigue gratis el procedimiento terapéutico, pero por falta de donante el enfermo muere.

Doris Calle, del servicio de Oncología Pediátrica de Solca, explica que en la entidad se tenía un proyecto para hacer los trasplantes de médula, pero por problemas económicos quedó postergado.

Ella ha conseguido que algunos pacientes vayan a España para ser trasplantados, pero teme que en algún momento la fundación española les pida que el hospital cuente con un soporte trasfuncional, y al saber que no tienen banco de sangre les retire su ayuda. “Es importante que se modifique la ley para que podamos tener uno. En ninguna otra parte del mundo funciona un hospital oncológico sin un banco de sangre”, refiere Calle.

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TERAPIA
Leucemia

Proliferación maligna de las células hematopoyéticas, que se caracterizan por un reemplazo difuso del desarrollo de las células mieloides. Los pacientes que no responden a la quimioterapia deben recurrir al trasplante.

Unidad para trasplantes
Radioterapia, Servicio de Farmacia hospitalaria y ambulatoria, Servicio de Dietética, Fisioterapia, apoyo psicológico, Unidad del dolor, Unidad de Cuidados Intensivos (con camas específicas para pacientes inmunosuprimidos), servicios centrales de Anatomía Patológica, Microbiología y Radiología y Farmacología Clínica.