Un polígono de tiro de una ciudad próxima a Buenos Aires sirvió como cárcel ilegal de la dictadura que mandó en Argentina entre 1976 y 1983, informaron hoy a EFE autoridades y familiares de las víctimas del régimen militar.
 
El descubrimiento de esa cárcel clandestina, producto de testimonios de sobrevivientes de la represión ilegal, eleva a unos 350 los lugares en todo el país donde funcionaron campos de concentración durante la dictadura, indicó Carmen Lapacó, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
 
"Creemos que hubo muchas más cárceles ilegales y centros de tortura, porque en esa época prácticamente todas las unidades militares y comisarías fueron puestas al servicio del terrorismo de Estado", destacó.
 
Varios ex presos políticos reconocieron ante la Justicia a las instalaciones del Tiro Federal de la ciudad de Campana, 90 kilómetros al norte de Buenos Aires, como el lugar donde estuvieron cautivos ilegalmente y sometidos a torturas durante el régimen dictatorial.
 
Hasta ahora ese lugar no había sido tomado en cuenta por los investigadores del Gobierno y de las organizaciones de derechos humanos que, en base a documentos de la época y testimonios de sobrevivientes de la represión ilegal, tratan de reconstruir lo sucedido en aquellos años de terror.
 
El caso del nuevo campo de concentración quedó a cargo del juez federal Federico Faggionatto Márquez, quien ordenó precintar todas las instalaciones del polígono de tiro y convocó a peritos para que realicen excavaciones en los terrenos aledaños ante la posibilidad de encontrar restos de detenidos desaparecidos.
 
"Hay presunciones fundadas de la existencia de un cementerio clandestino próximo al Tiro Federal de Campana", dijo por su parte a EFE la subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Sara Dotier de Corbacho, quien ayer, viernes, se presentó ante el magistrado para que se la incorpore como parte querellante en la causa.
 
La funcionaria consideró que en esa zona, donde operaron en la época de la dictadura "escuadrones de la muerte" de la Marina de Guerra y la Prefectura Naval (policía marítima), "existió un circuito de cárceles ilegales y cementerios clandestinos".
 
La Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas, que presidió el laureado escritor argentino Ernesto Sábato, logró constatar que durante el régimen militar hubo unas 280 cárceles ilegales y centros de torturas en todo el territorio argentino.
 
El principal de esos campos clandestinos fue el que funcionó en dependencias de la Escuela de Mecánica de la Armada, en el extremo norte de Buenos Aires y donde se calcula estuvieron cautivas unas cinco mil personas, la mayoría dados por desaparecidos.
 
Posteriores investigaciones judiciales permitieron descubrir otros lugares donde el régimen militar instaló cárceles ilegales hasta contabilizar unas 350.
 
Carmen Lapacó, de Madres de Plaza de Mayo, recordó el caso de una mansión de dos plantas, en pleno centro de Buenos Aires, que hace dos años fue reconocida por ex presos políticos como uno de los lugares donde estuvieron cautivos y sometidos a torturas.