El canciller brasileño, Celso Amorim, se reunió este viernes en Ginebra con los embajadores de Suramérica y los estados árabes para preparar la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de ambas regiones que albergará Brasil a finales de año.
 
"Se aprovechará esa reunión de Mercosur", que será en torno al 14 y 15 de diciembre, explicó a EFE Amorim, quien señaló, al término de la reunión, que la acogida de los representantes de los treinta y dos países asistentes fue "positiva" y hasta "entusiasta".
 
Según fuentes diplomáticas brasileñas, al encuentro, celebrado en el Palacio de las Naciones, sede de la ONU, asistieron treinta y dos países, todos los de Suramérica y los estados árabes, con excepción de Iraq y Somalia.
 
Amorim recordó que Brasil es el mayor país de Sudamérica y tiene "una enorme población de origen árabe" (más de diez millones) y que Luiz Inácio Lula da Silva ha sido el primer presidente de su país en visitar la región.
 
"A pesar de cooperar en toda una serie de foros internacionales, ha habido muy pocos contactos directos", se lamentó el jefe de la diplomacia brasileña, que acompañado a Lula en su visita a Ginebra, donde el presidente y varios ministros hicieron ayer una presentación de Brasil ante dos centenares de inversores europeos y asiáticos.
 
Amorim agregó que se trata de lograr una aproximación entre esas dos regiones, pese a su lejanía geográfica, tanto en los aspectos comerciales como financieros, culturales e incluso políticos.
 
La reunión de hoy constituyó la primera internacional en la historia reciente que busca acercar a dos regiones del mundo no contiguas, ambas de dimensiones continentales, fuera del marco de trabajo de las Naciones Unidas.
 
Es una propuesta de cooperación entre los países del Sur al comienzo de un siglo que, según afirmó el jueves en Ginebra, el presidente Lula será "el siglo de los países en desarrollo".
 
El objetivo más importante es el redescubrimiento recíproco de dos regiones con afinidades históricas y con un vasto potencial en el campo de las relaciones bilaterales, que prácticamente no se ha explotado hasta ahora.
 
Los puntos de contacto entre ambos mundos datan de la rica presencia árabe en la península ibérica, señalan esas fuentes diplomáticas brasileñas, según las cuales los flujos migratorios del siglo pasado desde los países árabes hacia Suramérica intensificaron los lazos humanos entre las dos regiones.
 
 Brasil busca una alianza entre dos regiones que se enfrentan a similares desafíos en su lucha por el desarrollo: los países árabes y suramericanos tienen un interés común en promover el desarrollo social y económico.
 
Unos y otros tendrían mucho que ganar de "una mayor cooperación en la promoción del multilateralismo" y de una globalización que sea integradora y no discriminatoria, explican esas fuentes diplomáticas.
 
Los representantes del Brasil recordaron hoy a sus colegas árabes los esfuerzos de su país por revitalizar Mercosur, la condición de miembros asociados de Chile y Bolivia y los acuerdos comerciales firmados con Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, base de una futura Comunidad de Naciones de América del Sur.
 
Brasil y otros miembros de Mercosur están asimismo embarcados en procesos simultáneos de negociaciones con otros países latinoamericanos y del hemisferio, además de la Unión Europea, la Unión Aduanera Surafricana y con todo el mundo mediante las negociaciones multilaterales de la Organización Mundial del Comercio.