Seis muertos, más de 60 heridos de bala y unos 400 detenidos dejó este jueves una huelga general de dos días en la República Dominicana en protesta por la política económica del gobierno, dijeron medios de prensa y fuentes sindicales.
 
El paro, convocado por la Coordinadora de Organizaciones Populares para exigir cambios en la política económica del presidente Hipólito Mejía, paralizó el jueves por segundo día consecutivo el transporte público de pasajeros, las actividades comerciales y educativas y forzó el cierre de numerosas empresas industriales.
 
El miércoles, en la primera jornada del paro, murieron dos hombres al ser alcanzados por balas durante disturbios en las ciudades de Santiago y Nagua. Otra persona murió al ser golpeada con una piedra durante movilizaciones callejeras en la localidad de San Pedro de Macorís, informaron las radioemisoras.
 
Las otras tres víctimas fatales se registraron el jueves durante enfrentamientos entre policías y militares con manifestantes que lanzaban piedras, dijeron las fuentes.
 
Rigoberto Díaz Bastardo, de 18 años, murió de un disparo en la ciudad de La Romana, en el este del país y Jairo del Orbe Rosario, murió también alcanzado por balas en el sector de Los Alcarrizos, en el noroeste de Santo Domingo, dijeron medios locales.
 
El dirigente comunitario del izquierdista Partido Nueva Esperanza, José Vásquez, de 27 años, murió víctima de disparos en el sector de Capotillo, en el norte de Santo Domingo, a manos de supuestos paramilitares, dijeron las fuentes.
 
Aunque algunos establecimientos comerciales abrieron sus puertas el jueves por la tarde y el tránsito de vehículos privados registró un mayor movimiento en la capital y pueblos del interior del país, dirigentes de la protesta dijeron que la huelga mantenía un respaldo de un 90 por ciento en toda la República Dominicana.
 
El presidente Mejía, quien viajó a la ciudad de Santiago en medio de estrictas medidas de seguridad a presentar sus condolencias por la muerte de un amigo, dijo que con la huelga "perdemos todos" y aseguró que la protesta "no conduce a ninguna solución".
 
Mejía descartó por el momento reunirse con los organizadores del paro. "Ellos no han pedido eso ni antes ni después de la huelga, pero ahora no estoy en eso", dijo el gobernante.
 
Ramón Pérez Figuereo, portavoz de la Coordinadora de Organizaciones Populares que llamó a la huelga, dijo que recibió informes según los cuales al menos 400 personas han sido arrestadas en todo el país durante la protesta.
 
Medios de prensa informaron de 66 heridos de bala, entre ellos cinco agentes de la policía.
 
La protesta, que recibió el respaldo de los principales partidos de oposición, del empresariado y grupos religiosos, exige un cambio de política económica oficial, la ruptura de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, un aumento general de salarios, rebaja del costo de la vida y que se declare una moratoria en el pago de la deuda externa del país.
 
El gobierno reconoció el derecho a la protesta de la ciudadanía, pero el presidente Mejía, en un discurso en la noche del miércoles a todo el país, calificó el movimiento de "inoportuno y peligroso", al tiempo que desligó a su gobierno de la crisis económica que vive la República Dominicana.
 
Informes de la radio y televisión señalaron que el jueves por la tarde se registraron fuertes enfrentamientos a tiros y pedreas entre efectivos del ejército, policías y manifestantes en el norte del país, específicamente en las ciudades de San Francisco de Macorís, Navarrete y Bonao, así como en Barahona, en la región sur.