Enfermedad cobró dos nuevas víctimas en Vietnam, mientras científicos debaten cómo combatirla.

“Estamos frente a una situación única. Es decir, el desastre causado por la influenza (gripe) aviar más grande de la que tenemos conocimiento en la historia”, afirmó Julio Pinto Cortés, de nacionalidad chilena, que se desempeña como jefe Adjunto del Departamento de Información Sanitaria de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), en Bruselas.

Sobre la posibilidad de una pandemia por la mutación del virus al combinarse con la gripe humana, como advirtió el martes la Organización Mundial de la Salud (OMS), el experto señaló que “hay que tener la mayor precaución, tomar medidas preventivas adecuadas y esto significa ser drástico: tenemos que identificar dónde están los virus, saber cuáles son las poblaciones animales en las cuales el virus está circulando y evitar que las personas tengan algún contacto con ellas”.

Agregó que “lo más importante es saber dónde está la enfermedad”.
Cuestionado sobre si Ecuador debe tomar medidas para evitar este mal, Pinto advirtió que “creer estar inmunes es minimizar el alcance que puede tener esta epidemia”.

Publicidad

Recordó que América Latina en el año 2002 tuvo uno de los primeros focos de la enfermedad en Chile y que México ha tenido historia de gripe aviar, la última en 1995, “por lo tanto, ningún continente está inmune y los servicios veterinarios y de salud pública deben estar muy alertas, vigilar la enfermedad, seguir muestreando poblaciones de aves no solo domésticas, sino también silvestres”, particularmente las migratorias, que normalmente portan el virus de baja patogenesidad “que no es el mismo de Asia, pero podría mutar”.

Pinto resaltó que las enfermedades en aves no se pueden distinguir fácilmente.

“Este mal en concreto no es fácil de distinguir de otros. Los veterinarios, ante cualquier sospecha, deben notificar y hacer las investigaciones correspondientes.

Publicidad

“Los métodos de diagnóstico están establecidos internacionalmente y cada veterinario debe estar alerta”.

Aseguró que no hay ninguna razón para no consumir estos productos, pues regularmente son cocidos, aunque “sin duda que los países que están libres de la enfermedad deben tomar medidas para evitar la importación de productos o animales vivos de los países afectados, pero cuando se garantice que la enfermedad fue erradicada, volverá el consumo normal de estos animales”.