El nivel en el que ha disminuido la lluvia en el país no permite aún hablar de una sequía, comentó ayer Carlos Naranjo, meteorólogo del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi).

Si bien durante los diez primeros días de este mes las precipitaciones fueron normales para la época, explicó el técnico, a partir del 11 de enero el clima cambió.

La lluvia disminuyó porque se incrementó en la atmósfera la acción del Sistema de Alta Presión del Pacífico Sur; es decir, se presentaron ciertas condiciones atmosféricas que estabilizaron el clima y bloquearon el ingreso de humedad desde la cuenca amazónica.

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Naranjo indicó que es necesario esperar hasta la primera semana de febrero para evaluar la situación y determinar si existe o no una sequía.

La reducción del nivel de lluvia afecta a todo el país; el clima se caracteriza, según el Inamhi, por la ausencia de nubosidad, que provoca el incremento de la temperatura durante el mediodía y el descenso de temperatura en las noches y madrugadas (con las consecuentes heladas en la región Interandina).

Sin embargo, las provincias más afectadas son  Tungurahua, Napo, Chimborazo y Manabí. En la primera, por ejemplo, las precipitaciones registradas hasta el 25 de enero representan solo el 2% del nivel normal previsto.

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Naranjo comentó que en las últimas 24 horas se han registrado ligeras lloviznas en la región Litoral. Mientras tanto, dijo, en la zona Interandina –excepto Loja– no hubo ninguna precipitación significativa. La situación, según la previsión del Inamhi, se mantendrá, al menos, por 24 o 48 horas.