Luego de casi cinco años de que los bancos del Progreso S.A. (BPSA) y su off shore, el Progreso Limited (BPL), entraron a saneamiento, la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) desconoce el destino de 246 millones de dólares (valor nominal) en bonos Brady que fueron adquiridos por el BPL entre noviembre de 1997 y junio de 1998, cuando la entidad aún estaba abierta.

Según un informe interno de la AGD, en Bahamas, en agosto de 1998, los bonos, cuyo valor en libros es de 169 millones, fueron puestos en custodia de la empresa Sunridge Holding Limited y trasladados al fideicomiso Latin American Fixed Income Trust Portfolio (LAFI).

La firma Winterbotham actuó como fiduciario y el BPL recibió un certificado  por 246 millones como respaldo de su inversión. Según la gerenta de la AGD, Wilma Salgado, una vez que el 1 de marzo de 1999, en Guayaquil, se creó el Progreso Recapitalization Trust (PRT) para recapitalizar al Progreso, en ese mismo mes se firmó un convenio entre BPL y el PRT, representado en ese entonces por Hernán Pérez Loose, con el fin de trasladar los bonos al PRT.

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Salgado asegura que en efecto, eso sucedió, pues dice tener pruebas de que Eduardo Cedeño Cedeño, representante legal del Progreso Limited, ordenó cancelar la fiducia LAFI y transferir los papeles al fideicomiso, “ahí es cuando desaparecen los bonos”, agregó.

Pérez Loose rechazó esa versión y aseveró que “los bonos Brady nunca fueron entregados al PRT” y anotó que “incluso esa es una de las razones por las que renuncié”.

Salgado dijo que entre los responsables está el ex gerente de la AGD, Patricio Dávila, pues –indicó–, pese a tener las pruebas no siguió la investigación. 

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“Alguien tiene esos bonos, alguien está lucrando de ellos y alguien los transformó por bonos Global (que están vigentes, tras el canje por Brady, en el año 2000)”, afirmó.