“La calidad de los dibujos animados es mala porque a los canales no les interesa invertir para ese sector de la audiencia. Traen programas de baja calidad que confunden”, afirma la psicóloga clínica Sonia Navas.

Bender es un robot creado con latas de cerveza. Su lema es: ¡matad humanos! Le gusta beber, robar, fumar habanos y ver pornografía. El androide es uno de los personajes de ‘Futurama’, dibujo animado que Teleamazonas transmite, de lunes a viernes, a las 10h30 y 18h30.

Sofía Monsalve, de 19 años y estudiante universitaria, señala que por la trama intuye que el espacio está dedicado a los adultos. “Sin embargo, el canal no lo dice y a mi hermana Yamile, de 9 años, le gusta. Yo trato de impedir que lo vea, pero como está de vacaciones y en casa todos salimos, es seguro que lo hace”, dice la joven.

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‘Yu-Gi-Oh’ y ‘InuYsaha’ protagonizan y dan nombre a dos de los espacios infantiles que se transmiten por Ecuavisa. El primero es un niño con poderes especiales, que se introduce en un mundo de monstruos para participar en un torneo, donde se juega con cartas de poder. La segunda, una niña japonesa que retrocede en el tiempo para rescatar una valiosa joya. Otro infante que gusta del combate es Van, personaje central de ‘Zoids’, serie animada que emite Telesistema y que trata sobre robots. Los tres dicen defender causas nobles y por ello luchan contra la maldad.

Carlos Páez, de 14 años, es fanático de ‘Yu-Gi-Oh’. Incluso colecciona las llamadas cartas de poder, que adquiere o intercambia con sus amigos. Con ellas juega todas las tardes. Su madre, Ana Matamoros (35), indica que al inicio ella le compraba los naipes. “Pero estoy preocupada porque aunque no es mal alumno, su rendimiento escolar bajó; además, todo el dinero que logra reunir lo invierte en esas tarjetas con imágenes monstruosas”.

Para la psicóloga Sonia Rodríguez, directora del Centro de Jóvenes Pasos y Huellas del Cepam (Centro de Acción y Promoción de la Mujer), el mensaje implícito en la mayoría de los cómics televisivos es: Pelea, lucha, tú eres el más fuerte. “Ninguno promueve las relaciones de respeto, sino de violencia y vicios (en el caso ‘Futurama’)”, subraya. Agrega que en estos animados también se impulsa el consumo. ‘Yu-Gi-Oh’, por ejemplo, induce a niños y jóvenes a adquirir las cartas de poder.

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Agrega que los padres están llamados a controlar lo que ven los niños, pero esa tarea difícilmente se cumple. “Las demandas laborales cambiaron y ahora los progenitores pasan más tiempo en sus trabajos que en casa”.

El sociólogo Luis Mateo afirma que los mecanismos de violencia no se reflejan solo en los animados que vienen de fuera, sino en los programas que se producen en el país. “Las comedias y talk shows no están dirigidos a los niños, pero ellos los ven porque se emiten en señal abierta y en horarios a los que tienen acceso. No a las 23h00 o 24h00, sino por la tarde y primeras horas de la noche”.

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La psicóloga clínica Sonia Navas coincide con Mateo en que la televisión ecuatoriana no respeta los horarios infantiles. Por la mañana se emiten revistas de variedades y desde las 15h00 hasta las 18h00, la programación está saturada de telenovelas, acota. “La calidad de los dibujos animados es mala porque a los canales no les interesa invertir para ese sector de la audiencia. Traen programas de baja calidad, que confunden”.

Comenta Navas que en ‘Ranma 1/2’, cómics que transmitió Telesistema, el personaje central no tenía un sexo definido. Cambiaba de niño a niña por efecto del agua. “Una investigación sobre esa producción japonesa señaló que sus creadores lo hicieron así para que los niños se sensibilicen con relación a las personas que tienen otras inclinaciones”, explica. Refiere que en cada acción hay una preparación. “Sin embargo, en nuestro país, con una cultura totalmente distinta, nunca se explicaron las razones por las que se presentaba ese producto, visto por niños en edad preescolar”.

A la pregunta de ¿cómo llegan esos programas infantiles (llamados enlatados) a la pantalla chica? Wilson Suárez, jefe de programación de Telesistema, responde que se comercializan por paquetes. Vienen dos o tres buenos y el resto son “añadidura”. Manifiesta que en ocasiones se adquieren estas producciones (enlatados) porque tuvieron altos niveles de audiencia en la televisión pagada, “pero cuando se la lleva a señal abierta, el impacto es diferente”.

Mario González, ingeniero y padre de familia, comenta que el menor de sus hijos –Eduardo, de 5 años– empezó a demostrar actitudes agresivas. “No sabía por qué. Un día llegué temprano a casa y lo vi sentado sin parpadear frente al televisor. Veía ‘Pokemon’ y después sintonizó ‘Dragon Ball Z’ y se emocionaba con cada patada o golpe que los personajes de estos animados proporcionaban a sus contrincantes. Yo me senté junto a él y le expliqué que no debía imitarlos”.
Navas subraya que esa es la solución. “Que los padres dialoguen con sus hijos y les expliquen lo que ven en la televisión”.

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IMÁGENES
Apariencia

“La mayoría de dibujos animados que se transmite en los canales de la televisión ecuatoriana llevan implícita la violencia. Son aparentemente pasivos, pero en todos hay un bueno luchando contra los malos o un niño que se porta mal, etc.”, dice Ana de Torres, madre de familia.
Sondeo
En un sondeo telefónico realizado por este matutino a 50 niños de entre 5 y 13 años, los espacios de mayor preferencia son ‘Pokemon’, ’Doraemon’ y ‘Dragon Ball Z’.
No a la represión
“La solución no es impedir a los chicos ver determinado programa. Padres e hijos deben organizar juntos su tiempo para que la TV no sea el único entretenimiento”, dice Alexandra Paladines, parvularia.