“El Plan Ecuador es una idea”, sostuvo el ministro de Gobierno, Raúl Baca. Una idea, explicó, que surge como una reacción a la conflictividad interna que desató –el 2 de enero último– la captura de Simón Trinidad, uno de los líderes de la guerrilla colombiana de las FARC.

Durante los primeros días hábiles de enero, cuando la opinión pública hablaba constantemente del Plan Colombia y el posible involucramiento del Ecuador en su ejecución, Baca soltó el globo de ensayo en un intento por detener ese discurso.
Baca trabaja todavía en la articulación del Plan Ecuador. El viernes explicó a EL UNIVERSO cómo concibe sus lineamientos.

Pregunta: ¿En qué consiste el Plan Ecuador del que usted habla desde inicios de este mes?
Respuesta: Es una idea que surgió con la captura de Ricardo Palmera (Trinidad), que me puso a pensar cómo encontrar mecanismos definitivos que garanticen la seguridad y el desarrollo del área fronteriza.

P:
¿Por qué luego de la detención de Trinidad si los problemas fronterizos no son nuevos?
R: Luego de su captura se insistió en que estamos involucrados en el Plan Colombia, y no lo estamos. El Plan Ecuador quiere romper con esta idea; siempre pensamos en el Plan Colombia, pero debemos preocuparnos de nuestros problemas.

P:
Son nuestros, pero son resultado de lo que ocurre en Colombia.
R: Hay que diferenciar entre estar involucrados y vivir las consecuencias. Sí, vivimos las consecuencias. Un Plan Ecuador pretende enfrentar estos problemas y la única forma de hacerlo es estar conscientes de lo que está sucediendo.

P:
¿Se trata entonces de una respuesta política a la hipótesis de que Ecuador está involucrado en el Plan Colombia y que recibe presiones de Estados Unidos y Colombia para participar en él?
R: No hay presiones. El Plan Ecuador quiere romper con la idea de que el Plan Colombia es el que nos mueve; la intención es divorciarnos de esta circunstancia como país y centrar nuestras preocupaciones en el Ecuador.

P:
¿Estrategia?
R: Es una política de Estado que apunta a que la ciudadanía y el Ecuador nos preocupemos de nuestros problemas.

P:
¿Qué avances existen en la aplicación de la idea?
R: Hemos conversado con Udenor (dependencia de la Cancillería para el desarrollo del norte del país), el Conam (Consejo Nacional de Modernización), municipios y consejos provinciales del norte del país. Los dos últimos tienen la representación de la población de forma directa y serán los encargados de desarrollar proyectos. Estamos buscando donantes.

P:
¿Habrá aportes de los Estados Unidos?
R: No se ha tratado eso.

P:
¿Cómo lograr el desarrollo de una zona afectada por la violencia y contaminada por el narcotráfico?
R: Es vital una coordinación adecuada con las FF.AA. y la Policía. No se trata de pararse en la frontera para impedir el paso de colombianos, sino de cuidar los ejes de producción. Esta idea transforma el rol de quienes vigilan la frontera y hace que el ciudadano se sienta protegido. No creo que hagan falta más efectivos.

P:
¿Es aplicable aun si Colombia no cuida su frontera?
R: Es indispensable pedir a las Fuerzas Armadas de ese páis que nos ayuden en eso.

P:
¿No resulta el Plan Ecuador una panacea?
R: Cualquier aporte que corrija algún problema que tiene el país es bueno.

P:
Si fracasa, ¿hay un plan alternativo?
R: Soy prudente cuando señalo que es una idea que tiene que ser discutida. No pienso gastar las acciones del Ministerio más allá de un tiempo prudencial. Lo peor en política es creer que se puede hacer lo que uno quiere; se debe hacer lo que es factible.

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PROYECTO
Autorización

 La futura coordinación del Plan Ecuador, sostiene Baca, “tiene que descubrirse (...) yo lo señalé como camino, el señor Presidente lo recogió y me autorizó”.

Organizaciones
Lo importante, dice, es “no volvernos a frustrar con organizaciones que se crean y desaparecen más tarde porque no tuvieron la posibilidad de encontrar los recursos y mecanismos”.

Fumigaciones
Los efectos de las fumigaciones, a las que Colombia ha acudido para atacar las plantaciones de coca, es un tema que, según Baca, debe ser discutido por los dos países. “Los organismos internacionales deberían acompañarnos”.