La sexagésimo novena edición de la Semana Verde, la feria agroalimentaria más grande del mundo, concluyó este domingo en Berlín con un balance de casi 500.000 visitantes y la seguridad alimentaria como uno de sus debates principales.
 
La organización de la feria confirmó los cálculos adelantados ayer de que el número de visitantes rozó el medio millón y que el 75% de los 1.561 expositores de 56 países consideraron satisfactorios sus resultados económicos.
 
Además, según cálculos de la organización, cada visitante habría gastado una media de 130 euros en la feria, 26 de ellos en el consumo de productos en los distintos pabellones.
 
La edición de este año estuvo marcada por las perspectivas en el ámbito agroalimentario de los países que ingresarán en la Unión Europea (UE) el próximo día 1 de mayo y por un amplio debate sobre la seguridad alimentaria en general y los organismos transgénicos en particular.
 
Respecto al primero de los debates, el presidente de la Asociación Alemana de Agricultores, Gerd Sonnleitner, señaló que muchos países del este de Europa, además de Rusia, necesitan aún mucha información sobre calidad y seguridad alimentarias, y elogió los esfuerzos que están haciendo al respecto.
 
El ministro polaco de Agricultura, Wojcieck Oleiniczak, indicó que "tanto para Polonia como para los otros países que ingresarán en la UE y los que ya forman parte de ella van a abrirse nuevas perspectivas" con la integración europea.
 
La ministra alemana de Agricultura y Protección del Consumidor, Renate Künast, se mostró partidaria de introducir un sello para distinguir a los productos libres de transgénicos.
 
Künast, impulsora ya de otro sello -el que llevan en Alemania los productos "biológicos"-, aseguró que en Alemania se constituyen cada vez más pequeños grupos de agricultores que deciden declarar sus terrenos como "libres de transgénicos".
 
En una reunión con un grupo de periodistas extranjeros, la ministra explicó esta semana que quiere proteger a esos agricultores ante el peligro de que sus cultivos se vean contaminados por vecinos que sí cultivan transgénicos.
 
En el transcurso de la Semana Verde, Künast presentó un proyecto de ley sobre los transgénicos que permite su coexistencia con los productos tradicionales.
 
Puesto que la UE autorizó hace tiempo el cultivo de transgénicos, la ministra pretende garantizar con ese esbozo legislativo que los agricultores tradicionales no queden en desventaja.
 
Künast también impulsó en la Semana Verde un debate sobre la alimentación sana, ante el problema del aumento de la incidencia del sobrepeso y otras enfermedades causadas por una alimentación inadecuada.
 
La próxima Semana Verde se celebrará entre el 21 y el 30 de enero de 2005.