En Guayaquil no han faltado observaciones al respecto. Se han señalado casos de locales de atención médica y centros de educación que necesitan seguridad mayor sobre las debilidades que se intensificarían en caso de fuerte movimiento terráqueo.

No contamos con un sistema moderno que identifique a tiempo alteraciones que derivarían en terremotos. Estamos en sectores andinos y costeños especiales. De allí lo acertado de la iniciativa municipal, que debe resolver todavía el obstáculo del financiamiento.

Los investigadores nacionales con representación universitaria han cumplido responsabilidades manifestadas en estudios precursores de una indagación que hay que fortalecer.

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Se sabe que el suroeste de Guayaquil tiene riesgos que todavía estamos a tiempo para conocer en detalles y proyectar novedades en el proceso de expansión y aseguramiento de áreas pobladas.