Unas 150 personas fueron masacradas el pasado miércoles por un grupo de milicianos en el norte de la República Democrática de Congo (RDC), en una localidad fronteriza con Uganda, informaron este sábado, portavoces militares ugandesas.
 
Al parecer, una veintena de disidentes del llamado Frente Nacionalista Integracionista (FNI), que responde a la comunidad "lendu", obligaron a los pasajeros de varias barcazas llegadas a Gobo, punto de desembarco de la localidad de Mahagi, en el lago Alberto, a bajar de sus embarcaciones y dirigirse a un bosque cercano, donde les dispararon.
 
Tras la masacre, según algunos sobrevivientes citados por las fuentes, varias mujeres que permanecían en los botes fueron violadas y forzadas, junto al resto de los pasajeros, a transportar los enseres y mercancías que llevaban consigo.
 
La mayoría de las víctimas mortales eran comerciantes de la tribu "aruu" que recorren las ciudades ribereñas para la venta de sus mercancías.
 
El viernes funcionarios de la ONU estacionados en Bunia, 140 kilómetros al sur de Mahagi, fueron enviados al lugar para investigar la matanza y según su portavoz, Isabelle Abric, los hechos no podrán ser confirmados hasta el domingo o lunes.
 
 Bunia, la capital regional de la convulsionada provincia de Ituri, ha sido escenario hasta el año pasado de encarnizados combates y matanzas entre miembros de las etnias rivales "lendu" y "hema", con miles de muertos, mutilaciones en masa y actos de canibalismo.
 
Los enfrentamientos ancestrales por la tierra y el ganado entre las dos comunidades rivales desde tiempos remotos, se recrudecieron desde el estallido de la guerra en la RDC en agosto de 1998, cuando ambas tribus fueron armadas por grupos rebeldes y tropas extranjeras.
 
El asesinato por decapitación de dos observadores de la Monuc fue lo que llevó al Consejo de Seguridad de la ONU a ordenar el envío de una fuerza europea, que estuvo liderada por tropas francesas.
 
Estas reforzaron a un destacamento de cascos azules uruguayo desplegado con anterioridad y cuya actuación estaba limitada a operaciones de vigilancia y ayuda a los habitantes de Bunia, sin poder disparar, salvo en defensa propia.
 
En la actualidad, la Misión de Observación de la ONU para el Congo (Monuc) cuenta en Ituri con 5.000 militares de Uruguay, Bangladesh, la India, Pakistán, Indonesia y Nepal y está equipada con carros blindados, armas pesadas y helicópteros de combate.
 
Ituri fue una de las regiones más afectadas por la guerra en la RDC y, según la ONU, más de 50.000 personas han muerto ya en el distrito, donde continúan las escaramuzas pese a que, oficialmente, el conflicto congoleño terminó a principios del pasado año.
 
En la guerra civil congoleña han muerto más de 3,5 millones de personas, víctimas de la contienda, el hambre y la falta de atención médica, y muchos más fueron desplazados de sus lugares de origen.