El experto en temas ambientales Juan Carlos Palacios comentó que constituye un grave peligro que óxidos y metales pesados, como los que se usaban antes en la pintura de las embarcaciones, se mezclen con el agua del mar.

“No se puede asegurar hasta que se realice un detallado estudio técnico, pero existe la posibilidad de que se contamine la vida marina de ese sector”, explicó.

Además de este riesgo, los bañistas pueden tropezar con un pedazo de hierro en oxidación, lo cual afectaría su salud, añadió Palacios.

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No obstante, los barcos también pueden convertirse en refugios artificiales para peces y crustáceos, lo cual facilita su reproducción, indicó.