Hace tres meses un bus de la línea 80  cayó en una zanja por una maniobra del chofer para no atropellar a un menor que imprudentemente se le atravesó en bicicleta.

Eso sucedió en la avenida Isidro Ayora, a la altura de la ciudadela Polaris, y gracias a Dios no hubo muertes que lamentar. Desde entonces, la Comisión de Tránsito no ha hecho mención de colocar por lo menos un semáforo, ni siquiera un vigilante en la mencionada avenida.

Esto es necesario ya que en su último tramo es muy angosta, además de doble carril y existen horas en que es más transitada. Últimamente se ha vuelto más intenso el tráfico debido a que se le han sumado carros de carga, volquetes, provenientes del puente Mendoza Avilés, al que le  realizan reparaciones.

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El último semáforo a lo largo de esa zona está ubicado en la avenida Gabriel Roldós, donde se estaciona la línea Alborruta. A los moradores de Samanes, Guayacanes, Polaris y demás ciudadelas aledañas nos resulta una odisea cruzar dicha avenida.

Marcia Fernández Z.
Guayaquil

 

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