La mascota de Winston Churchill, un parlanchín perico de 104 años, rehusó ayer ser presa de la curiosidad de los periodistas luego que un diario inglés informó que había seguido su pista y había comprobado que estaba vivo.

“Han estado tratando de hacerlo hablar todo el día, pero no ha dicho mucho”, dijo Sylvia Martin, quien administra la clínica para animales Heathfield, en donde el perico Charlie ha vivido durante los últimos doce años.

Charlie, quien acompañó a Churchill en casi todas sus andanzas en la Segunda Guerra Mundial, era famoso por decir en voz alta palabrotas obscenas y altisonantes sobre Hitler; sin embargo, Martin dijo que la alegre mascota ha envejecido y ya casi no habla.

Publicidad

“Ya casi no dice nada, solo un ocasional Buenos días y quizás un Hasta pronto, pero nada más. Aunque sigue emocionándose con la música y baila mucho”, refiere.

Todos se refieren a Charlie como “él”, a pesar de ser una hembra.
El propietario del simpático perico es Peter Oram, dueño de la clínica para animales Heathfield.

El suegro de Oram vendió el perico a Churchill y cuando el famoso político británico murió en 1965, la familia del estadista le pidió a Oram que se quedara con el ave.