El presidente George W. Bush pidió este martes al Congreso emprender una reforma de las leyes de inmigración para que el trato al trabajador extranjero   refleje nuestros valores y beneficie nuestra economía.

“Propongo un nuevo programa de trabajadores temporales para poner los deseos de los trabajadores extranjeros a la altura de los deseos de los empleadores, cuando no se pueda encontrar un estadounidense que quiera hacer un trabajo”, dijo.

“Esta reforma será buena para nuestra economía”, dijo Bush en su mensaje anual a la nación pronunciado en una sesión solemne en el Congreso.

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Indicó que con los cambios que ha propuesto hace casi dos semanas, de dar legalidad laboral por tres años a los extranjeros indocumentados que ya están trabajando en Estados Unidos y abrir la posibilidad de ingreso a otros que están fuera del país, los empleadores   encontrarán los trabajadores que necesitan en un sistema honesto y ordenado.

Aun cuando los acontecimientos internacionales dominaron casi la primera mitad de su discurso, Bush sólo se refirió a la inmigración como tema de potencial interés para las Américas.

El presidente, que cumple tres años en el cargo, no mencionó el reiterado interés de su gobierno de culminar las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) exactamente dentro de un año.

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Dijo, sin embargo, que su gobierno estaba promoviendo un comercio   libre y equitativo con el propósito de abrir nuevos mercados para los empresarios estadounidenses y la creación de empleos.

Tampoco se refirió a su participación la semana pasada en la Cumbre Extraordinaria de las Américas en Monterrey, México, un encuentro presidencial regional intensamente promovido por Washington para formular una política de acción contra la pobreza.

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Bush dijo que no ha propuesto una amnistía de indocumentados en Estados Unidos   porque con ella se alentaría una mayor inmigración ilegal y significaría un   injusto premio a quienes quebrantaron nuestras leyes para ingresar.

“Mi programa de trabajadores temporales preservará la senda de la ciudadanía para quienes respeten la ley, a la vez que extraerá de la oscuridad de la vida estadounidenses a millones de hombres y mujeres de trabajo”, agregó.

La propuesta de Bush beneficiaría a unos 8 millones de trabajadores, mayormente mexicanos. Pero el presidente Vicente Fox ha dicho que aun cuando no estaba totalmente complacido, la propuesta de Bush era un buen comienzo y que México tratará de mejorarlo con el diálogo bilateral.

Bush y Fox se entrevistarán en Texas el 5 y 6 de marzo.

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