De los 21 gobernadores del Ecuador que fueron invitados al encuentro, no asistieron Vicente Salazar, de Cotopaxi, y Carlos Zavala, de Orellana.

Fue Felipe Mantilla, gobernador del Guayas y organizador del evento, quien dio la bienvenida a los demás funcionarios, que 10 minutos después expresaron sus objetivos para la reunión.

Uno de ellos fue el representante de Tungurahua, Francisco Pérez Sanz, quien señaló que el mayor problema que tenía la gobernación provincial era la escasa comunicación con el presidente, coronel Lucio Gutiérrez.

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Le solicitó a Mantilla –por su cercanía con el Mandatario– que le facilite un diálogo con Gutiérrez, ya que en algunas ocasiones viajó a Quito y solo fue atendido por un asesor presidencial.

El gobernador del Guayas no comentó respecto del tema y prefirió seguir con la agenda de trabajo que incluyó un receso de 10 minutos.

Durante este lapso, el gobernador de Manabí, Vicente Izurieta, señaló que aunque tenía dos semanas en el cargo, coincidía con Pérez. Indicó también que esperaba, mediante esta reunión, que el Presidente de la República se entere de que él no tiene un vehículo para trabajar.

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El próximo 21 de enero, si se ejecutan las movilizaciones y protestas advertidas por algunos sectores del país, los gobernadores de Manabí y Tungurahua señalaron que no van a reprimirlas y que utilizarán el diálogo para controlarlas. Mantilla no concordó con ellos y dijo que las sancionará con la ley.

A las 11h20, el moderador de la sesión formó tres grupos de trabajo para que los funcionarios públicos expongan las urgencias de sus provincias. Posteriormente las sesiones fueron privadas.

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