El papa Juan Pablo II hizo  un llamado a la unidad de los cristianos y calificó de “prueba  dolorosa” la persistencia de sus divisiones, ayer, durante el Ángelus rezado en la  plaza San Pedro.

“En un mundo sediento de paz, es urgente que las comunidades cristianas anuncien el Evangelio de la misma manera”, dijo el Sumo Pontífice aludiendo a las divisiones entre las iglesias Ortodoxa y Católica. Pese a su fragilidad, leyó la totalidad del texto sin  excesivas dificultades.

Su llamado tiene lugar al comienzo de una semana de plegarias destinadas a  la unidad en la que “en todo el mundo, los cristianos de diversas confesiones y tradiciones se reunirán para orar al Señor a fin de reforzar su compromiso por la unidad”.