Activistas que participan en el Foro de Bombay alertaron este domingo sobre el peligro de la regionalización del conflicto colombiano y los efectos sobre la salud del Plan Colombia, un plan antidrogas y antiguerrilla financiado en parte por Washington.
El Plan Colombia "no sólo está provocando una mayor militarización de Ecuador y Colombia y llevando a una regionalización del conflicto sino también destruyendo la selva amazónica", señaló el ex ministro ecuatoriano del Ambiente, Edgar Isch López., delegado ecuatoriano que participa en el Cuarto Foro Social Mundial (16-21 de enero) que se celebra en la capital económica de India.
Ese plan al que Estados Unidos aporta más de 2.000 millones de dólares en ayuda económica y militar "está además incidiendo en la salud de las comunidades que viven en la zona, y desviando recursos que deberían ser consagrados a la salud y a educación, en vez de a gastos militares", declaró Isch.
El "presupuesto para salud de Ecuador representa sólo un 5% y el destinado a la educación un 10%. En cambio, un 40% del presupuesto está consagrado a la deuda externa y un 14% al ejército", denunció Isch, quien es coordinador en su país del Movimiento Internacional por la Salud de los Pueblos.
Además, "como consecuencia de ese Plan, hay 10.000 hombres armados ecuatorianos en la frontera con Colombia, para hacer operaciones de yunque y martillo , y algunos de ellos van a morir", advirtió.
"Y la guerrilla colombiana no ha hecho ninguna acción en Ecuador. Sí es cierto que ingresan al territorio, a veces para buscar ayuda médica, pero también lo hacen los paramilitares", dijo Isch, que fue ministro de Ambiente en los primeros seis meses de gobierno del presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez, y renunció por considerar que su gobierno estaba comprometido con el Plan Colombia.
El ex responsable denunció también las peligrosas consecuencias sobre el medio ambiente y la salud de las "fumigaciones que, con la excusa de erradicar cultivo de la coca, se llevan a cabo en la región de Putumayo, en la frontera entre Ecuador y Colombia".
"Las zonas fumigadas son como desiertos en medio de la selva", afirmó.
Y "pese a que Estados Unidos dice que no son nocivas, hemos comprobado que esas fumigaciones, que utilizan el glisofosfato mezclado con otros productos provocan problemas de piel y son altamente tóxicas para las células sanguíneas", agregó. "Además, no sabemos aún qué otros efectos puedan tener", dijo.
Activistas colombianos, entre ellos la indígena Maria Lastenia, aprovecharon también el Foro de Bombay, donde tiene lugar la mayor reunión de organizaciones y asociaciones de la sociedad civil, para denunciar el Plan Colombia y exigir que los recursos que se destinan al sector militar sean utilizados en inversiones sociales, como salud y educación.
"Hemos viajado a Bombay a denunciar, pero también para tratar de generar una presión con el fin de que los gobiernos de la región frenen su militarización. Si no, esos países no podrán salir adelante ni responder a las necesidades de la mayoría de la gente", concluyó Ana Baires, una activista colombiana.