El gobierno italiano aprobó medidas de emergencia para ayudar a miles de productores lácteos que abastecían a la corporación Parmalat, afectada por un mayúsculo escándalo, mientras investigadores continúan tratando de determinar la responsabilidad por el colapso de la empresa.
 
El decreto de emergencia aprobado el viernes permitirá a granjeros préstamos baratos para ayudarlos a lidiar con la falta de pago por parte de Parmalat, dijo el ministerio de Agricultura. Los granjeros tampoco tendrán que pagar contribuciones al seguro social durante 12 meses.
 
Unos 5.000 productores lácteos han sido afectados por la crisis de Parmalat, de cuyos libros de contabilidad faltan unos 13.000 millones de euros (16.000 millones de dólares). La empresa debe a los granjeros unos 100 millones de euros (125 millones de dólares).
 
El escándalo estalló el 19 de diciembre, cuando Parmalat admitió que el Bank of America no tenía casi 4.000 millones de euros (unos 5.000 millones de dólares) que la empresa italiana alegaba haber depositado en esa institución. Por lo menos 25 personas están siendo investigadas, entre ellas nueve que fueron encarceladas bajo sospechas de fraude en gran escala.
 
Fiscales en Milán hablaron con el ex director de finanzas de Parmalat Alberto Ferraris, que al parecer está ofreciendo útil testimonio a los investigadores. Ferraris es el único de los funcionarios del departamento de contabilidad de Parmalat que no ha sido arrestado. En Parma, investigadores interrogaron en la cárcel local al ex director de finanzas, Luciano Del Soldato.
 
También el viernes, el ministro de Economía Giulio Tremonti informó a colegas del gabinete acerca de sus planes para reformar las normas financieras de las bolsas de valores. Tremonti culpó a reguladores por no ofrecer protección adecuada a aquellos que invirtieron en bonos y acciones de Parmalat.
 
Un día antes, Tremonti criticó ante un comité parlamentario al presidente del Banco de Italia, Antonio Fazio, por ignorar señales de que Parmalat enfilaba hacia el desastre.
 
El gobierno proyecta reducir los poderes del banco central, dejándolo únicamente con la responsabilidad de mantener la estabilidad en el sector bancario, dijeron funcionarios.