Uno de los motivos que impulsaron al cineasta italiano Bernardo Bertolucci a hacer su última película, "Inocentes", fue animar a los adolescentes de hoy "a perseguir utopías", como hicieron los de su generación.
 
"Desde mi punto de vista, las utopías de los años 60 en Italia se derrumbaron con el asesinato de Aldo Moro (dirigente de la democracia cristiana italiana) en 1978). Desde entonces, vivimos en una suerte de amnesia", declara Bertolucci en una entrevista que publica el diario suizo "Le Temps".
 
"Con independencia de lo que se diga hoy, el 68 fue un momento único (en la historia) de confluencia y de la política, el sexo y la música: un momento del que se puede nutrir el cine. Es necesario acordarse de que ese encuentro explosivo fue posible y que, aunque haya desaparecido en parte, todavía lo es", afirma el cineasta, de 62 años.
 
"El estado de ánimo que caracterizó a la juventud de 1968, una especie de ventana abierta al futuro, es algo que falta hoy. En Italia, por ejemplo, he comprobado que los jóvenes cinéfilos sueñan con trabajar para la RAI, para Mediaset o para SkyTV. No es una ambición demasiado excitante", opina.
 
Bertolucci critica también a la industria del cine y dice que ha cambiado mucho y se ha vuelto "despiadada, sobre todo en Estados Unidos: cuando uno va allí a buscar financiación, uno se encuentra con tipos que estarían mejor en Wall Street que en Hollywood".
 
"Ha desaparecido la raza de los aventureros. Los notables que se enamoraban perdidamente de la simple idea de una película. Los han sustituido personas tremendamente aburridas, que no entienden una sola palabra de lo que uno les cuenta", asegura.
 
"Antes hablábamos por lo general con gente que conocía el cine. Ahora tenemos la impresión de dirigirnos a personas que carecen totalmente de cultura cinematográfica", dice Bertolucci, según el cual hay que explicarles hasta quienes fueron Greta Garbo o Marlene Dietrich.