La desorganización del Gobierno probablemente es la que causa la paralización de los trabajos que ejecutan las compañías contratantes. Si bien por un lado se está rellenando, por otro se está asfaltando, y por otro no se hace nada, sin haber continuidad en ninguno de los tramos; algunos de los cuales han sido habilitados al tránsito de vehículos.

Pero lo más preocupante son los desniveles pronunciados, y de más de un metro de alto, que existen en algunos sitios, lo cual puede ser motivo de fatales accidentes en esta temporada playera. En lo que a los puentes se refiere, ni siquiera se ha procedido a licitarlos, a pesar de que el Ministro de Obras Públicas del régimen anterior dejó prácticamente terminada su negociación con el gobierno de China, y que por delicadeza no firmó este convenio al terminar su mandato, para dejar paso al Ministerio actual, que al parecer no ha hecho nada por comerciarlo. En pocas palabras, nos encontramos con una carretera sin continuidad.

Ing. Édgar Diminich M.
Guayaquil

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