La VIII Bienal de Pintura de Cuenca que se desarrollará el 12 de abril próximo, recepta obras que tratan la iconofilia, que fue polémica cuando se convocó al Salón Nacional, previo a la Bienal.
El tema, según su presidente, Enrique Malo Abad, se refiere a un análisis alrededor del ícono para una recuperación histórica de nuestros pueblos. Casi 17 sitios servirán de escenario para instalar las obras participantes nacionales e internacionales, que en este año se espera superen las 84 que se recibieron para la séptima edición.
Cada Bienal pretende recoger el talento de nuevos pintores y constituirse en un espacio donde se conozcan las nuevas tendencias pictóricas.
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Hasta fines de febrero se receptarán los trabajos y en marzo se empezará la instalación de las obras admitidas. Al sexteto de artistas (Juana Córdova, Sara Roitman, Alexander Shamil Baibulatov, Ana Fernández e Isabel Espinosa, y el colectivo Artemisa), elegidos en el Salón Nacional en noviembre pasado, se sumarán doce pintores para representar al Ecuador, junto con los curadores ya seleccionados: Mónica Vorbeck, Juan Martínez y Andrés Abad.
Simultáneamente a la Bienal habrá charlas sobre crítica internacional y planteamientos de las tendencias del arte actual.