Canta desde que estaba en tercer año de  colegio. En la década del sesenta integró varias agrupaciones musicales hasta que en  1972 decidió convertirse en solista.

El 2004 se inició para Héctor Jaramillo con un ¡Feliz Cumpleaños! El intérprete del pasillo Pañuelo blanco, composición de Fausto Galarza, nació en Quito el 1 de enero de 1932. Este año cumplió 72 y está próximo a celebrar 57 de actividad artística.

Su parentesco con Carlota Jaramillo –de quien fue primo– le hace pensar, sin pretender ser vanidoso, que procede de una dinastía de artistas. Su padre, Timoleón, tocaba guitarra, y una hermana suya, Beatriz, también cantaba. Sin embargo, dice que no tuvo vínculos familiares con Julio Jaramillo. Aunque por las investigaciones realizadas por Pepe, hermano del Ruiseñor de América (como se conoce a JJ), concluye que es posible que los Jaramillo de Costa y Sierra procedan de una misma rama.

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Inicios
Héctor se inició en la interpretación cuando estudiaba el tercer curso en el colegio mercantil El Cebollar, en la capital. Siempre se inclinó por la música nacional. Gracias a su carrera viaja continuamente al exterior. Por ello, sin temor a equivocarse, anota con orgullo que “la belleza de los paisajes ecuatorianos no tienen comparación”.

A pesar de contar con más de una veintena de producciones discográficas, entre LP y CD, y de poseer una habitación llena de trofeos, preseas y diplomas, Héctor no se considera famoso. Anota incluso que cuando decidió convertirse en solista, en 1972, nadie lo conocía por su nombre. “Eso se debe a que fui parte de varias agrupaciones musicales”.

En 1952, junto con Pablo Floril y Eduardo Erazo, integró el trío Los Lemary. En 1957, con Erazo y Homero Hidrovo, Los Latinos de los Andes. Y, desde 1960 hasta 1972, el cuarteto y el trío Los Brillantes. En este último fue la tercera voz “y llamaban más la atención Olga Gutiérrez y Naldo Campos, que hacían de primera y segunda voz, respectivamente. Además, yo tocaba la guitarra y a mí casi nunca me enfocaban ni las cámaras de televisión ni las luces de los escenarios”, relata el intérprete.

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Añade que cuando el trío se disolvió tuvo la suerte de grabar un disco de 45 rpm con los temas Pañuelo blanco y Ódiame si quieres. “Digo que fue una lotería porque ambas canciones pegaron. Desde entonces los locutores de radio me dieron el apelativo de El Señor del Pañuelo Blanco”. También solían llamarlo –anota que muchos aún lo hacen– El Clavel Negro o El Lirio Amarillo, que son los nombres de los álbumes que editó en 1975 y 1977.

Viajes
De América Latina conoce casi todos los países. Le faltan Cuba y Brasil. A Estados Unidos ha viajado 47 veces. En 1987 cantó en el Madison Square Garden y doce años antes –en 1975–  recibió una Gaviota de Plata al actuar en el Festival de Viña del Mar. “Varios solistas y grupos, que empiezan a despuntar en la música, dicen que con su trabajo están abriendo camino a otros intérpretes, sin embargo, desconocen que habemos algunos que ya los hemos recorrido. Cuando formé parte de Los Brillantes viví dos años en México. Como trío grabamos un disco y trabajamos en una película”, subraya.

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Héctor ha visitado, además, España e Inglaterra. Próximamente irá a Italia, Suiza y Francia. “Voy y vengo porque me gusta estar en la ciudad que me acogió hace 42 años”. Se refiere a Guayaquil, donde vive desde que optó por cantar en solitario. “Fue difícil hacerlo. Primero porque nunca había interpretado un tema completo, solo la parte que me correspondía, y segundo porque dejé de tocar la guitarra, pues no encontraba músicos que me acompañaran. Mi compadre Naldo lo hizo al principio, mas como yo viajaba constantemente no podía acompañarme porque descuidaba a su familia”.

El cantante está casado desde hace 31 años con Adelaida Fabre Plaza, quien toca el piano y lo acompaña en sus presentaciones. Sus hijos son María Adelaida (30) y Juan José (29). No son artistas profesionales, pero cuando se reúnen aprovechan para aflorar sus aptitudes musicales.