La reina Isabel II de Inglaterra bautizó el jueves pasado el mayor paquebote del mundo, el Queen Mary II, durante una  ceremonia en Southampton (sur de Inglaterra). “Bautizo este barco como el Queen Mary II. Que Dios le bendiga así como a todos los que naveguen en él”, dijo la reina de Inglaterra, vestida de fucsia,  antes de cumplir con la tradición de estrellar una botella de champán contra el  casco negro del buque.

El obispo anglicano de Winchester (sur), encargado de bendecir el navío, se  refirió durante su discurso a las 15 personas que murieron y a las 28 que resultaron heridas al desplomarse la pasarela de acceso al barco el pasado 15 de noviembre en el astillero de Saint-Nazaire (Francia), donde fue construido. La soberana hizo una visita completa del navío antes de bautizarlo oficialmente, en compañía de Pamela Conover, presidenta de la Cunard, el armador  británico del buque, y de Ronald Warwick, el comandante, de 63 años.

Moderna infraestructura
Isabel II pudo recorrer el barco que posee 345 metros de largo, 41 de ancho y 74 de alto, repartidos en quince puentes, lo que equivale a un edificio de 23 plantas.
El buque, que pesa alrededor de 150.000 toneladas, puede transportar hasta 2.600 pasajeros, los que serán atendidos en un lujoso entorno por los 1.250 miembros de  la tripulación.

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Cuenta entre otras cosas con un teatro con capacidad para 1.000  espectadores, un centro de talasoterapia, un planetario, cinco piscinas, bares, gimnasio, guardería, una sala de baile y un restaurante, el Britannia,  que podrá acoger a 1.340 comensales.  El viaje inaugural entre Southampton y Fort Lauderdale (Florida) está previsto para mañana. Los pasajeros pagarán entre 1.300 y más de 30.000 euros (1.635 hasta más de 37.715 dólares) por un pasaje en sus lujosos camarotes, muchos de los cuales están provistos de balcones privados.