El presidente colombiano, Álvaro Uribe, aprovechará la cumbre de Monterrey (México) para pedir a los vecinos que  cooperen más en la lucha contra los grupos violentos de su país, mientras que  el venezolano Hugo Chávez se asoma como la voz latinoamericana más fuerte  contra Washington en la cita.
 
Uribe, un estrecho aliado de Estados Unidos en el combate contra el  terrorismo y las drogas, dirá el lunes y el martes ante los otros 33  gobernantes o sus delegados de las Américas que Colombia necesita más ayuda  para someter a los poderosos rebeldes izquierdistas, paramilitares de derecha y  narcotraficantes, dijo a la AFP una fuente diplomática.
 
El clamor del líder colombiano estará dirigido principalmente a los vecinos  de Brasil, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela, a donde se sospecha que muchos  delincuentes han huido en desbandada tras la persecución de las fuerzas de la  ley en Colombia.
 
Bogotá ha elogiado la ayuda de Brasilia, Ciudad de Panamá, Lima y Quito,  pero ha lanzado sombras sobre el comportamiento de Caracas ante los rebeldes  colombianos, lo que ha desatado la ira de Chávez, acusado por Washington de no  desempeñar un papel constructivo en la región andina, convulsionada por la  pobreza, la violencia y la falta de gobernabilidad en algunos países.
 
Uribe resaltó específicamente la reciente captura en Quito del guerrillero  Ricardo Palmera (alias Simón Trinidad ), uno de los líderes de las Fuerzas  Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el mayor grupo rebelde del país que  dice acoger el ideario político del Libertador Simón Bolívar, en el que también  se inspira el gobernante venezolano.
 
Chávez -quien ha negado que apoye a la guerrilla colombiana y anticipó que  denunciará en Monterrey "las nefastas consecuencias del neoliberalismo en  América Latina"- lanzó el sábado más leña al fuego en su disputa con Estados  Unidos, al sugerir que Washington persigue el fracaso de la cumbre y calificar  de "verdadera analfabeta" a la Consejera de Seguridad de la Casa Blanca,  Condoleezza Rice.
 
La funcionaria estadounidense había acusado a su vez a Chávez de no jugar  un papel constructivo en la región.
 
El presidente de Venezuela pidió a su amigo y homólogo cubano, Fidel  Castro, enviarle los libros del plan alfabetizador "Misión Robinson", que  Caracas impulsa con asistencia de La Habana, para ver "si (Rice) aprende a  respetar la dignidad de los pueblos y aprende un poco sobre nosotros".
 
Asimismo, Chávez aplaudió a su colega argentino, Néstor Kirchner, por la  respuesta que dio a las críticas estadounidenses por su proximidad hacia Cuba y  cuestionó las "arremetidas" de Washington contra Brasil, "porque allá hay un  líder obrero digno", en alusión al presidente y ex sindicalista Luiz Inacio  Lula da Silva.
 
Al margen de la cumbre, Chávez disertará este lunes en una universidad de  Monterrey sobre su visión de las relaciones entre América Latina y Estados  Unidos, al tiempo que altermundistas y estudiantes mexicanos que se  autoproclaman como de izquierda anunciaron que aplaudirán al dirigente venezolano "por su postura digna ante el imperio".