La victoria de Ecuador ante Colombia llegó a La Pradera, en Guayaquil.

Roberto Mina Mercado fue la figura en el debut de Ecuador dentro del preolímpico Sub 23 de Chile, donde derrotó a Colombia después de 15 años en un torneo de esta categoría.

Por eso ayer, el fornido jugador de raíces esmeraldeñas que creció en las polvorientas calles del suburbio guayaquileño, allá en la 16ª y la I, fue muy buscado por la prensa que realiza la cobertura del campeonato que llevará a los dos mejores a Atenas 2004.

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“Tenemos muchas expectativas. Todos estamos bien preparados, a pesar de que sabemos que acá no hay equipos fáciles, pero lo visto ante Colombia es una prueba de que estamos trabajando bien”, manifestó el jugador en una entrevista a la agencia EFE.

No solo la prensa lo buscó para hacerle una nota. Desde Ecuador también lo llamó su madre, Dolores Mercado. Doña Lola,  como le dicen sus hijos y quienes la conocen, se levantó temprano. Y pese a la pertinaz lluvia que caía en el sur de Guayaquil (donde reside), caminó hasta la Av. Veinticinco de Julio y a la altura del Registro Civil encontró una cabina telefónica. Desde allí se comunicó con el goleador del Huracán argentino. Noventa centavos le bastaron para decirle: “Gracias hijo por el gol que me dedicaste. Ojalá hubieras hecho tres para que ya estuvieses en Europa”.

Después de eso se fue a cumplir con su obligación laboral. Ella, que había dejado de trabajar en una casa porque su Bebé –como llama al Nº 13 de Ecuador– la ayudaba económicamente, tuvo que volver a buscar empleo cuando Roberto se lesionó y no podía mantener a la familia, que además la conforman sus tres hermanos: Alexandra, Juan Carlos y Rocío, y seis sobrinos.

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Juan Carlos, que también fue futbolista pero solo pudo jugar en la segunda categoría, no se cansaba ayer de repetir el gol que anotó Mina ante Colombia.

“Fue un golazo”, decía su sobrino Duffer, el ahijado de Roberto, que anhela ser como el chico que a los 14 años ya tuvo la oportunidad de estar en la Copa América de Paraguay, pero no en la selección nacional sino como pasabolas, después de ganar un concurso de penaltis que organizó una empresa de bebidas gaseosas.

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Ese mismo joven sueña ahora con llevar a la Tricolor a su primera olimpiada.

Ayer, reconoció que su equipo ha sido “la sorpresa”, pero aclaró que eso se debió a que llegó a Chile “con el perfil bajo y por eso nadie esperaba” un triunfo.

Respecto a su selección dijo: “Podemos dar mucho más. Nuestro objetivo es clasificar a Atenas 2004. Eso lo tenemos muy presente y esta selección ecuatoriana tiene todo para poder conseguirlo”, expresó.

Él también tiene sueños personales. Su meta es “ser el goleador” del preolímpico y cumplir con el contrato de un año que tiene con Huracán, a la espera de una posterior oferta de un equipo “grande” –como él expresa– en el ámbito internacional. Y realizar el deseo de su madre y hermanos que ya no pasarán más necesidades económicas gracias a los goles de Dinamita Mina.

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