La mayoría de los trabajos de Boris Salinas Ochoa representa la realidad social del país y tiene unos acabados que se acercan a la perfección.

Los trabajos de escultura y pintura que realiza Boris Tomás Salinas Ochoa, lojano de 32 años, son muy apreciados entre los habitantes y turistas que llegan a su ciudad, quienes no dudan en pagar hasta 300 dólares por una de sus obras.

El artista dice que desde los cuatro años de edad dibujaba utilizando lápiz y papel. Esa pasión la conservó durante sus estudios primarios y secundarios y fue decisiva al momento de escoger la profesión que seguiría para el resto de su vida.

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Cuenta que sus últimos estudios los realizó en la facultad de Artes de la Universidad Técnica Particular de Loja, pese a la dura oposición de sus padres, quienes deseaban que curse una carrera de ciencias modernas y que sea más rentable, según le decían.

Durante sus primeros años universitarios se inclinó por la elaboración de cuadros con pintura y piezas de cerámica, en la cual  utilizaba la arcilla.

Comenta que a los 24 años abandonó las aulas universitarias, luego de que contrajo matrimonio. En esos años su familia soportó una severa crisis económica, por lo que consiguió un empleo  de maestro, que le servía para comer.

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Esta situación -dijo- lo llevó a superarse y autoeducarse en la técnica de moldear figuras,  estudiando a grandes escultores como Miguel Ángel, Otero, Francisco Zúñiga y otros.

Recuerda que lo motivó la poca esperanza que le dio un profesor, quien le dijo en una ocasión que era imposible llegar a ser un buen escultor en cerámicas sin horno.

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Esa misma noche -comentó-soñó que a sus esculturas las quemaba con leña, por lo que a la mañana siguiente empleó esa técnica, pero al cabo de varias decepciones llegó a perfeccionar su técnica.

Esa técnica es la que justamente, según quienes aprecian sus obras, lo ha convertido en uno de los más laureados escultores de la Centinela del Sur y del país.

La mayoría de las piezas, -con un acabado casi a la perfección-, demuestran la realidad social. Por eso es que entre sus obras destacan los lustrabotas, canillitas, comerciantes, los jubilados del parque central, ancianos fumando, “y otras cosas cotidianas”.

Dice que para realizar sus trabajos crea la pieza en su mente, lo que le lleva dos días. “El resto es cuestión de habilidad”, señala.

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El artista plástico Diego González admira los dotes de Salinas y sostiene que la evolución de su trabajo “se pone de manifiesto en el modelado cada vez más empujado a la perfección”.

ESCULTURAS
MENCIONES
Boris Salinas Ochoa ha realizado más de 30 exposiciones colectivas. Recibió varias menciones y premios en pintura y escultura.

COSTOS
Cada pieza varía entre 12 y 45 centímetros de altura y sus precios van desde los 150 hasta los 300 dólares.

PROPUESTAS
Ha tenido propuestas para exponer su trabajo en Quito, Guayaquil y Cuenca.

OBJETIVO
Salinas tiene como próximo objetivo trabajar con modelos vivos propios que le permitan perfeccionar  su técnica.