Esa obra se la puso en funcionamiento el 1 de enero de 1905, hace 99 largos años, cuando fue presidente de una junta especial Lizardo García, después de la esforzada labor del miembro del Cuerpo de Bomberos, Miguel Gabino Hurtado.

El abastecimiento de agua se hacía mediante bombas de gran potencia en la planta proveedora, que absorbían el líquido y lo depositaban en los tres aljibes, a una altura de 72 metros aproximadamente sobre el nivel de la ciudad, uno de más capacidad que los otros; lo que constituía la reserva del necesario elemento para distribuirlo por la red de tuberías para una población de más o menos 140.000 habitantes.

La presión del agua en los grifos ubicados en las diferentes esquinas se hacía subir en los llamados incendios “declarados”, y los chorros de los pitones de las mangueras podían llegar a muchos metros de altura.

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Los muchachos de los años 30, recuerdo, iban de paseo a los aljibes para coger sabrosas ciruelas de los árboles del cerro.

El administrador era el señor Antonio Díaz, padre de quien fuera posteriormente La sirena de los aljibes, Fanny Díaz Becerra, porque allí aprendió a nadar y llegó a ser una verdadera estrella en ese deporte.

Hace algún tiempo, esos beneficiosos tanques de agua contraincendios fueron abandonados y no se los utilizó más.

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¿Qué opinamos acerca del último serio siniestro a la subida del regenerado y turístico cerro Santa Ana?

Prof. Hugo Delgado Cepeda
Guayaquil

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