El sábado 3, a las 15h30 aproximadamente, disfrutaba con mi familia de la playa de Punta Blanca al pie del edificio Real Alto entre las entradas 5 y 6 de ese balneario, junto al club de ese lugar. En ese momento había miles de bañistas que disfrutaban de un mar totalmente calmado.

Unos cinco muchachos entre 13 y 15 años trataban de surfear con total inexperiencia en unas olas pequeñas y casi en la orilla.  Uno de ellos pasó con su tabla por encima de mi hijo de 10 años, quien estaba nadando, y le cortó el talón con la quilla, casi comprometiéndole el tendón.

Luego de llegar con dificultad a la orilla (se pudo haber ahogado) lo llevé de emergencia a una clínica de La Libertad, donde le suturaron seis puntos.

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En estos momentos mi niño se encuentra incapacitado por diez días, debiendo utilizar para desplazarse silla de ruedas o muletas.

Este percance con relativa suerte, ya que la quilla bien pudo haberle cortado el cuello, lo pongo en conocimiento de las autoridades del Municipio de Santa Elena y de la Capitanía del Puerto de Salinas, para que prohíban la práctica de ese deporte en playas destinadas para bañistas, de lo contrario se pone en riesgo la vida de las personas.

Si hay gente que desea surfear, que vaya a playas como Montañita, donde se puede practicar ese deporte en mejores condiciones.

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El derecho de los surfistas para utilizar la playa termina donde empieza el derecho de los demás para gozar del mar con total seguridad y tranquilidad.
 
Espero que antes del  próximo fin de semana, los municipios de Santa Elena, Salinas, La Libertad y la Marina pongan letreros de prohibición de esa práctica y velen por el cumplimiento de esa disposición.

Pedro Alvear Bardellini
Guayaquil

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