Casi todos los ríos que van a la parte baja de la provincia de El Oro tienen su origen en los cantones Atahualpa, Balsas, Portovelo, Piñas y Zaruma, donde algunas vertientes ya se han extinguido y otras van por ese camino, por la tala de bosques. A eso se suma la tala de la vegetación con fines agrícolas, con el agravante de que se quema la maleza para preparar el terreno para las siembras, y cuando el rendimiento de los suelos disminuye por la erosión, se cultiva pasto para alimento del ganado.

Son graves los efectos de la deforestación, que el otrora caudaloso río Puyango, en los últimos años, ha disminuido su caudal; lo mismo ocurre con las fuentes que alimentan la presa Tahuín. No obstante esos peligros, no se emprende un plan de reforestación.
 
Debe hacerse un inventario de las áreas por destinarse a la reforestación y a la agricultura, porque hay grandes extensiones de suelos desnudos, improductivos que podrían convertirse en fuentes de trabajo y riqueza para el país.

Víctor Murillo Herrera
Piñas