Hace pocos días se publicó una estadística de los libros editados en el Ecuador (El Comercio, 28 de diciembre del 2003). Si bien la cultura tiene diversas manifestaciones y creaciones, la publicación de libros es una de las más importantes.

En primer lugar, el número de primeras ediciones del 2002 al 2003 ha aumentado en 15% y de reediciones casi se ha duplicado, datos que son muy halagadores.

Llama la atención la notable diferencia entre las dos principales ciudades del país. En Quito se han publicado 1.423 títulos y en Guayaquil apenas 131. Siendo como es Guayaquil la ciudad más populosa y la capital económica del Ecuador, se puede pensar que su producción librera debería ser la mayor o por lo menos mucho más elevada.

Bien es cierto que ni el volumen de población ni su desarrollo económico guardan relación directa con el desarrollo cultural. Hay en la historia extraordinarios ejemplos, el mayor Grecia, con una población estimada de 40.000, durante su época de oro, produjo grandes filósofos, historiadores, dramaturgos, cuyas obras siguen vivas hasta el día de hoy. Hay muchos factores que determinan el desarrollo cultural o que lo detienen. Buenos Aires era un activo centro de producción de libros; la reciente crisis económica y política redujo su producción a menos de la mitad y se cerraron centenas de librerías.

¿Cuáles son los factores que limitan la producción de libros en nuestro hermoso puerto, el más importante de la costa del Pacífico, de América del Sur? ¡Cómo quisiéramos ver a Guayaquil convertida en uno de los primeros centros culturales del país! Cuenca, con ser pequeña, casi iguala a Guayaquil en producción de libros, 101 títulos en el 2003.

Varios de los libros editados en Quito han merecido premios locales (del Municipio), nacionales e internacionales. Se han efectuado ediciones de lujo y gran tamaño, de libros de arte y ciencias naturales. Con motivo del centenario de destacados poetas como Jorge Carrera Andrade, Gonzalo Escudero, Alfredo Gangotena y Hugo Alemán, a más de sendas reuniones conmemorativas se han publicado hermosas antologías. En algunos libros han participado el escritor y el artista, como en el libro de los colibríes de Fernando Ortiz o en el Diccionario del Quijote, de Antonio Rodríguez V., en este con bellas ilustraciones de Oswaldo Viteri.

Entre los libros de Guayaquil, uno que se destaca es Obras Completas de José de la Cuadra, publicado bajo los auspicios del Municipio. En buena hora que De la Cuadra haya merecido esa edición de lujo; hay que recordar que De la Cuadra fue uno del famoso Grupo de los Cinco, el de los mejores escritores de la época en todo el Ecuador, y que en esos años Guayaquil publicó más libros que Quito.

Otro dato, pero preocupante de la estadística que motiva este artículo es la paupérrima contribución de las universidades. Se han multiplicado en número, pero varias han descendido en calidad y entre todas, en el 2002 han publicado 97 libros, y 87 en el 2003, cuando en décadas pasadas eran las instituciones que más libros publicaban.