Diez alumnos de un internado de la ciudad rusa de Ivánovo empezaron hoy una huelga de hambre contra los planes del Gobierno de cerrar ese centro y aprovechar su infraestructura para albergar una escuela de cadetes militares.
 
Un grupo de antiguos alumnos de ese internado internacional único en su género (durante siete décadas fue el orgullo del país y albergó a niños de más de 80 Estados, muchos de ellos huérfanos) difundió hoy un llamamiento de respaldo a la protesta infantil.
 
"No apoyamos el método de protesta elegido, pero consideramos que los niños tienen derecho a defender su hogar y sus intereses", indicó la nota, citada por la agencia Interfax.
 
Los firmantes del mensaje de apoyo se mostraron convencidos de que la decisión del Gobierno de desalojar el internado y abrir en su lugar una escuela de cadetes responde a una iniciativa de la Administración de la región de Ivánovo, que acordó el asunto con el ministerio de Defensa.
 
El acuerdo entre las autoridades de Ivánovo y Defensa estipula que la Administración local asuma la financiación del funcionamiento de la futura escuela de cadetes, mientras que los militares sólo se encarguen del proceso docente.
 
Sin embargo, "si resulta que la Administración no tiene medios suficientes para ello, los militares cerrarán su escuela dentro de medio año y todas las instalaciones pasarán a manos de las autoridades de Ivánovo", advirtió la declaración de los ex alumnos del internado.
 
Este singular centro de enseñanza llamado Interdom ("casa internacional", en ruso) fue fundado en 1933 por decisión del dictador soviético Iósif Stalin y pronto se convirtió en un hogar para hijos de "víctimas de los regímenes reaccionarios y fascistas".
 
La procedencia de los educandos reflejaba la geografía de los conflictos locales de la guerra fría, desde Corea del Norte hasta América Central, pasando por Africa.
 
Entre 1947 y 2001, la "Internacional Infantil" fue subordinada a la Cruz Roja hasta que todas las instalaciones del Interdom, ubicadas en un pintoresco suburbio de Ivánovo, ciudad situada a 300 kilómetros al noreste de Moscú, fueran declaradas propiedad del Estado.
 
El pleito entre el internado de Ivánovo y el ministerio de Defensa, en el que el Tribunal Supremo de Rusia se ha decantado a favor de los militares, comenzó en 2001.
 
El proyecto del ministerio de Defensa cuenta con el apoyo del presidente ruso, Vladímir Putin, quien en el verano de 2002 saludó la idea de transformar la "cuna del internacionalismo proletario" en una fragua de futuros generales rusos.
 
En opinión de ex alumnos del Interdom, "hay ciertas personas a las que apetecería mucho hacerse con el terreno y los inmuebles" del internado, que se encuentra en un precioso parque en la ribera del Volga.
 
A comienzos de diciembre pasado, cuando el Supremo se pronunció a favor de los planes del Gobierno con respecto al internado, Galina Shevchenko, directora del Interdom, afirmó que, a pesar del dictamen desfavorable, los "internacionalistas" no pierden la esperanza.
 
Shevchenko aseguró que los casi 400 alumnos y toda la plantilla del Interdom están dispuestos a agotar todas las instancias judiciales para conservar su hogar, e incluso recurrir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.