P: Usted regresó con fuerza y protagonismo a la política activa en el 2002. ¿Por qué, si se lo ve tan fuerte, tan vital, no se candidatizó a la Presidencia de la República?
R: Porque no puedo vivir en Quito. Me ahogo y en la altura se me espesa la sangre. Debo tomar tres pastillas al día para evitar embolias. Y si no tengo la cabeza en perfectas condiciones en Quito, ¿cómo voy a atreverme a gobernar? Para gobernar hay que estar “pilas”, como dicen los muchachos. Y yo, por salud, a 3.000 metros de altura no puedo estar “pilas”. 

P: ¿Le frustra no poder ser Presidente?
R: Claro que me frustra. El que se hace político es porque aspira el poder. El poder legítimo, para servir. Me duele no serlo, pero soy responsable.

P: ¿Le frustra, especialmente, por el gobierno que tenemos ahora?
R: Mire, yo no voté por el coronel Gutiérrez. Hemos apoyado en el Congreso algunos proyectos legislativos que ha enviado y nos han parecido positivos para el país. Incluso, vea usted, por resoluciones como la que apoyó la libertad de expresión, y lo hicimos con la Izquierda Democrática. Mire que el PSC sí apoya la libertad de expresión, pero no solo para los periódicos sino para todos los ciudadanos.

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P: ¿Cómo evalúa el primer año de Gutiérrez?
R: Creo que es un hombre bien intencionado, pero no estaba preparado para gobernar. En democracia el político debe subir una larga escalera, desde concejal, consejero, etc., y si se va distinguiendo gana aceptación popular y está listo para una elección presidencial. A lo largo de esa escalera uno aprende la ciencia política -si es ciencia esto tan complicado, porque se lidia con las peores pasiones humanas-. Gutiérrez no era un hombre conocido. Ganó porque en el país se ha destruido la institucionalidad política. La prensa -sus razones tendrá- ha acabado con los partidos y las figuras políticas. Somos pocos los que sobrevivimos. Gutiérrez ganó democráticamente, nadie puede cuestionar su triunfo. Pero el coronel no conoce a mucha gente, no tuvo asesoramiento adecuado, creo con franqueza que no pensaba ganar y se la encontró. No tuvo un plan de gobierno…

P: No tiene, al parecer…
R: Bueno, tiene un plan de un ministro de Finanzas (Mauricio Pozo) con quien  no coincido pero que afortunadamente no ha politizado su gestión.

P: Pero es un plan impuesto por el Fondo Monetario Internacional, y usted ha dicho que está en contra de las políticas del Fondo...
R: Bueno, entonces le falta plan de gobierno. Ahora, como Gutiérrez tiene formación militar -que sí tiene que ser autoritaria porque la formación militar se sustenta en la jerarquía y en la autoridad-, debe haber pensado que el país se puede manejar como un cuartel y eso no es así. Tratar de aprender en pleno ejercicio del poder cuesta sangre, sudor y lágrimas. Eso es lo que está pasando. Con el nuevo gabinete creo que ha dado un giro de timón. Esperemos que sea positivo.

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P: ¿Y el presidente, debe cambiar?
R: Si él no oye más a su equipo, nada cambiará, aunque es justo decir que hasta antes del cambio de gabinete no tenía a quién oír, con excepción de Pozo y (el canciller Patricio) Zuquilanda, que es un profesional. Gutiérrez debe gobernar. La soledad del poder no es estar solo -lo que más sobra en el poder son abejas que le zumban alrededor-. La soledad del poder es tomar las decisiones solo, luego de escuchar al equipo. Déjeme decirle algo con orgullo: muchas veces en la vida he tenido que dar marcha atrás cuando mi equipo me ha convencido de que estaba equivocado. Hay que tener el mérito de saber oír.

P: En varios sectores políticos y sociales se habla de un nuevo 21 de enero. Según usted, ¿el actual gobierno está en riesgo de caer?
R: Sería gravísimo para el país. Tener un gobierno implica un precio. Si es un gobierno bueno, el precio es menor. Si es malo, es mayor. Pero por grande que sea el precio es menor que el daño que se le hace a un país al romper la institucionalidad. Sería terrible.

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P: ¿Así sea un gobierno sin objetivos claros, sin metas definidas?
R: Esa es la democracia.

P: Pero usted, íntimamente, ¿piensa que debe seguir los tres años que le faltan?
R: El pueblo lo escogió y eligió para cuatro años. Debe terminar su periodo. Ahora, si se le encuentran irregularidades, la Constitución tiene mecanismos para sancionarlo.

Relación LFC-Nebot

P: Usted dice que lo más grave es que han atacado a su familia. Pero también se le ha atacado a la familia de Gustavo Noboa. Él ha denunciado, incluso, que hay persecución para sus familiares, algunos de ellos obligados a salir de sus trabajos...
R: Pero, ¡cómo! ¿Usted cree que yo me ocupo de él, de alguien que políticamente no significa nada? ¿Por qué me ocuparía de su familia?

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P: Digo por la coherencia a la que usted invoca.
R: Eso dice él. Yo lo he atacado a él y a su hermano Ricardo. Más a él, porque tengo pruebas y las he presentado.

P: ¿Y ha presionado a un familiar de ellos, que trabajaba en la terminal terrestre y que se le pidió que se fuera?
R: Yo no tengo ninguna relación con la terminal terrestre, con la fundación o con el señor (Guillermo) Lasso. Pregúntele a él. Lo que pasa es que todo el mundo, cuando está acusado, busca desviar la atención. Ahí regresamos a la supuesta prepotencia de Febres-Cordero, al control de la justicia, al supuesto dueño del país. ¿Usted cree que si yo fuera el dueño del país, el Ecuador estaría como está?

P: ¿Por qué no quiere a Guillermo Lasso?
R: ¿Cómo? Yo no tengo nada contra él. Para mí no existe.

P: Decir eso es no quererlo...
R: Es un hombre a quien serví. Y luego cuando hubo la campaña para Alcalde y corría Nebot, él quiso ser candidato también. Ni siquiera sabe guardar las proporciones. Pero, mejor hablemos de cosas importantes, por favor.

P: Entonces, usted lo desprecia.
R: Le digo que para mí no existe.

P: ¿Por qué? Para otras personas es respetable.
R: Bueno, respeto esos criterios.

P: ¿Qué le hizo Lasso?
R: Fue un desleal. Lo único que hice fue servirlo, nada más. En esta casa estuvo para que lo ayudara a redactar la ley de la Comisión de Tránsito. Iba a la Alcaldía cuatro veces por semana a que lo ayudara cuando él era gobernador. Pero este es de los que creen que a rey muerto, rey puesto. Se fue Febres-Cordero de la Alcaldía y pensó que estaba muerto. Y se equivocó. Estoy vivito y coleando.

P: ¿Fue desleal porque se fue con Nebot y no con usted?
R: No, no, no. No me traiga a colación ese asunto de Nebot, porque ustedes andan en esto… Yo no tengo ningún problema con Nebot y él no tiene ningún problema conmigo. Hasta ayer hemos estado conversando en esta misma mesa donde está usted. Con Nebot hablamos tantas veces cuantas sean necesarias. Él es parte de la cúpula del partido y da sus criterios como los doy yo.

P: ¿Seguro que no hay división entre Nebot y usted?
R: Ninguna. Eso solo está en la mente de algunas personas desesperadas por generar un distanciamiento con Nebot.

P: Pero hay versiones de que usted está presionando, por ejemplo, para que se vaya Pedro Gómez Centurión de la fundación Malecón 2000. Y él es cercano a Nebot.
R: ¡Cómo se le ocurre! La última vez que vi a Gómez fue cuando me retiré de la fundación Malecón 2000 como presidente y él quedó de gerente.

P: ¿Tiene buena relación con él?
R: Como la tengo con mucha gente. Pero no es de mi grupo, nunca lo fue.

P: ¿Usted tiene grupo? ¿Cuál es?
R: Mis amigos. En lo personal, muy pocos, pero son leales. En lo político, tengo un equipo que trabaja conmigo, con el que analizo las cosas hasta que llegamos a una conclusión y vamos para adelante.

P: ¿Cómo define la lealtad? ¿Qué es ser leal según usted?
R: No hay hombre que sea hombre si no es leal. La lealtad es condición del ser humano. El perro que muerde la mano al amo que le da de comer, no merece vivir. Es una piltrafa.

P: ¿Usted tiene celos del alcalde Nebot en relación al reconocimiento que él está consiguendo?
R: Yo soy guayaquileño. Estoy feliz de lo que está haciendo y pienso que ojalá el país caminara como está caminando Guayaquil. ¿Por qué tendría celos? Vea, si yo hubiera querido seguir como Alcalde yo seguía, a mí no me ganaba nadie. No corrí para una tercera elección porque consideraba que ya estaba viejo, que el Municipio  necesitaba refrescarse con un excelente candidato.

P: Y, como guayaquileño, ¿en las próximas elecciones preferiría que siguiera Nebot como Alcalde o se postulara a la Presidencia de la República?
R: Quiero que vaya a la Presidencia. Hasta he llegado a decirle que si él quiere, corra para la Presidencia que yo corro para concejal.

P: Y si no es así, ¿cuál será el futuro político de Febres-Cordero?
R: Bueno, como ser  político, seguiré en esto mientras viva. En cuanto a candidaturas, ya no me veo.

P: Alguien ha dicho que se candidatizará para prefecto del Guayas.
R: En política hay que aprender a decir no, pero también hay que aprender a callar y hablar en el momento oportuno.