Armados con escopetas, arcos y flechas, miles de indígenas brasileños invadieron ranchos cercanos a la frontera con Paraguay, reclamando lo que dicen ser tierras de sus antepasados, dijeron este domingo funcionarios.
 
Con pintura de guerra y máscaras, familias de indígenas garaníes y caiuas comenzaron a ocupar antes de las Navidades ranchos cerca de las localidades de Japora y Iguateme en Mato Grosso do Sul.
 
Los rancheros locales denunciaron que los indígenas habían matado ganado, tomado prisioneros y que habían expulsado a gente de sus propiedades, dijo la policía.
 
"Están llegando a esos ranchos como si fuera tierra propia", dijo el oficial de la policía militar José Bezerra.
 
El gobierno de centro-izquierda del presidente Luiz Inacio Lula da Silva ha prometido incrementar la redistribución de tierra a los indígenas que han sufrido discriminación por siglos.
 
La agencia encargada de los asuntos indígenas dice que reservará un área equivalente a la mitad de Europa, o un 12% de la nación, una vez que tengan lugar demarcaciones extraordinarias de tierra ancestral.
 
En el actual conflicto en el área fronteriza de 390 kilómetros al sur del estado de Mato Grosso do Sul, los indígenas sostienen que los rancheros están en tierras públicas que son territorios ancestrales o tierras demarcadas por el gobierno.
 
"Las municipalidades no han han entregado las tierras que les prometieron", dijo Adao Irapiuta Brasil, que representa a los guaraníes y caiuas ante la Fundación Nacional Indígena. "A menudo las entregan cuando se revierte a la fuerza".
 
Irapiuta dijo que por lo menos 20.000 de los 48.000 guaraníes y caiuas que viven en la región han tomado parte en las ocupaciones de 16 ranchos desde que comenzaron las invasiones.
 
Las policías federal y militar dieron cifras bastante menos abultadas pero dijeron que por lo menos mil indígenas habían invadido cinco ranchos cerca de Japora en días recientes.
 
La policía está investigando las acusaciones de que los indígenas habían matado 10 reses cerca del pueblo de Porto Lindo, así como que habían retenido y expulsado a gente de otros ranchos cerca de Japaro y Sao Sebastiao.